Río de Janeiro. Argentina y Brasil ya dieron el primer paso para citarse en la esperada final de la Copa América en el legendario estadio Maracaná, el 10 de julio, a una fecha del cierre de una poco sorpresiva fase de grupos.
Pese a no disputar la penúltima jornada del Grupo A, el jueves, por descanso, la Albiceleste de Lionel Messi garantizó su boleto a los cuartos como primera o segunda de su llave, lo cual, le impide encontrarse a los pentacampeones del mundo en las dos rondas previas a la final.
El viaje al templo carioca es la aspiración máxima del delantero del Barcelona para sacudirse de las cuatro finales perdidas con su país, tres en Copa América (2007, 2015 y 2016) y la del Mundial 2014.
El destino puede tenerle reservada una revancha de altura, protagonizar su Maracanazo. Pero la gesta se ve aún lejana, pues el Brasil de su amigo Neymar parece no tener reversa.
Clasificada a cuartos desde la segunda jornada como líder del Grupo B, la Seleção suma tres victorias en igual número de partidos, arrastra 10 triunfos consecutivos entre juegos oficiales y amistosos, y está empecinada en obtener su décimo título de Copa América.
Los anfitriones se medirán el domingo ante Ecuador y mirarán de reojo los partidos del otro sector para dilucidar a su rival en la siguiente ronda, que hoy sería Uruguay.
En tanto, los casos de Covid-19 en la Copa América han bajado al 0.7 por ciento del total de las muestras tomadas, informó ayer la comisión médica del organis-mo sudamericano.
Las pruebas realizadas en tres fechas diferentes durante el torneo hasta el 21 de junio “suman 22 mil 856 con 166 casos positivos, es decir una incidencia de 0.7 por ciento”, mientras en los primeros exámenes efectuados “el 14 de junio a tres mil 45 personas, 53 arrojaron resultado positivo, lo que representa el 1.73 por ciento del total”, indicó la entidad.