Roma. Después de dos años y medio de apuntalamiento de los pasajes subterráneos del Coliseo romano, turistas podrán bajar y pasear por parte de lo que fueron las “bambalinas” del antiguo estadio.
El ministro de Cultura de Italia anunció formalmente la finalización de los trabajos para restaurar la sección subterránea en presencia del fundador de Tod’s, el fabricante de calzado y artículos de lujo, que pagó la factura.
Durante los siglos en que los espectadores llenaban el Coliseo para contemplar espectáculos repletos de gladiadores y animales salvajes, el público tenía vetado aventurarse por debajo del nivel del escenario. La prohibición duró desde 80 dC, cuando se inauguró el anfiteatro, hasta el último espectáculo, en 523.
Docenas de plataformas móviles y ascensores de madera se emplearon en la Antigüedad para llevar al escenario decorados vívidos, así como artistas y animales para apariciones dramáticas.
La directora del Coliseo, Alfonsina Russo, dijo que los turistas podrán caminar por una pasarela de 160 metros de largo para ver algunos de los 15 corredores originales que rodeaban los niveles subterráneos.
El trabajo de restauración, de equipos de ingenieros, topógrafos, obreros, arquitectos y arqueólogos se interrumpió durante parte de la pandemia de Covid-19.
Diego Della Valle, fundador de Tod’s, respondió hace varios años a un llamado del gobierno italiano con el fin de obtener fondos del sector privado para proyectos de restauración, a la luz de la incapacidad del país de cuidar su inmenso arte y tesoros arqueológicos.
Della Valle también pagó una limpieza multimillonaria del Coliseo, proyecto monumental que eliminó décadas de hollín y suciedad, lo que hizo que el anfiteatro se viera opaco y lúgubre.
El mes pasado, el ministro de Cultura, Dario Franceschini, detalló un plan para construir un escenario liviano dentro del área con el fin de que los visitantes puedan contemplar el antiguo monumento desde un mirador central.
El escenario será retráctil. La arena original tenía un escenario, pero se retiró en el siglo XIX para la exploración arqueológica del nivel subterráneo.
La nueva etapa también permitirá la realización de actividades culturales.