La primera autora de novela policiaca en América Latina, María Elvira Bermúdez, derribó paradigmas de este género literario. Su novela Diferentes razones tiene la muerte escapa al canon siniestro, con momentos de sarcasmo, humor e ironía, que dibujan una caricatura del clasismo de la época, tan vigente aún, valora Aniela Rodríguez, con motivo de una nueva edición de la obra que se publicó originalmente en 1953.
Detrás de la indagatoria de un acto criminal ocurrido en una quinta en Coyoacán hay “una denuncia muy sutil sobre las condiciones de clase; también sobre la mujer en el siglo XX”, esboza en entrevista la joven narradora y poeta, quien realizó la introducción del libro, invitada por Socorro Venegas y Ave Barrera, coordinadoras de la colección Vindictas que publica la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Divertida, puntual y de filosa ironía”, se describe el reciente lanzamiento editorial.
“Pasamos de la risa al aturdimiento, porque las escenas de los asesinatos son muy cruentas, como exige el género. Existe un balance agradable que permite que no sólo impere el sentimiento de lo oscuro, muy recurrente en las novelas negras”, declara Rodríguez Zapata (Chihuahua, 1992).
Una de las normas que derrumba es que el policiaco es un género de hombres, no sólo por ser una mujer quien lo escribe, sino con los personajes de su narrativa. La única novela que publicó Bermúdez fue pionera en América Latina. Está centrada en Georgina, viuda adinerada y refinada.
“Nos habla mucho de la posición de la mujer en los años 40 en México. Mediante los personajes nos damos cuenta de que se reflejan las condiciones que, social y culturalmente, fueron impuestas al género femenino en el siglo XX, que siguen muy vigentes. Estos estereotipos de la viuda, la ex esposa, la socialité.”
María Elena Bermúdez nació en Durango en 1912, vivió en la Ciudad de México, donde ejerció la abogacía en juzgados y cárceles como defensora de oficio. Al mismo tiempo luchaba por el derecho al voto femenino, ejecutaba la crítica literaria y escribía cuentos, muchos protagonizados por Armando H. Zozaya, inteligente periodista, de porte distinguido, mezcla de extraña agilidad e indolencia; también por la detective María Elena Morán, su alter ego.
A quien Marco Antonio Campos llamó “la Agatha Christie mexicana” se aleja del arquetipo masculino que desentraña los crímenes, quienes viven de noche, aficionados a ciertos vicios, acompañados por una femme fatale.
Esta joya del género, hace un bosquejo sicológico de los personajes y una aguda mirada sobre la sociedad mexicana que vivió Bermúdez, quien alcanzó reconocimiento poco antes de su muerte, en 1987, a los 75 años.
“Al ser tan introspectiva, no sólo del contexto emocional, nos ayuda a formar una visión amplia. Es una trampa de la narradora para generar empatía con los personajes, ponernos en su mundo. Los lectores dudamos mucho al tratar de descubrir al autor del crimen.”
Al momento de escribir la introducción, la entrevistada conocía a Bermúdez como cuentista, por Detente, sombra; Muerte a la zaga, y Encono de hormigas.
“Diferentes razones tiene la muerte no se había editado desde 1987. Había permanecido silenciada dentro del canon de la novela policiaca, aun cuando es una narradora importante, pionera del género. Me parece necesario que se recupere su obra en estos tiempos.”
A la publicación editorial se une al anuncio del Seminaro Vindictas de narrativa policiaca y criminal escrita por mujeres, que reunirá a reconocidas ponentes que practican y analizan el género, como Cristina Rivera Garza, Marta Sanz e Iris García, por ejemplo. Durante septiembre analizarán la obra de escritoras que han desarrollado el género. La convocatoria cierra el 9 de julio.