México redujo en 23 por ciento el número de hectáreas cultivadas de amapola, al pasar de 28 mil en el 2017-2018, a 21 mil 500 en el periodo 2018-2019, reporta el Informe de Monitoreo de Cultivo de Amapola en México, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sis siglas en inglés) en colaboración con diversas dependencias federales.
En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se conmemora cada 26 de junio, la UNODC, destacó que se reportan menos cultivos de amapola y coca en México, Perú, Colombia y Bolivia.
Sin embargo, alertaron que hay mayor potencia en la plantas de cannabis y menor percepción de riesgo en su uso, que en el caso de los adolescentes, disminuyó en un 40 por ciento.
También se detectó un incremento en la venta de drogas por Internet, con un aumento de más de 300 por ciento entre 2017 y 2020, frente a un periodo de 2011-2017, lo que incluye uso de redes sociales y empresas de comercio electrónico.
Entre los efectos permanentes de la pandemia de Covid-19 en el mercado de la droga se identificó un aumento en el tamaño de cargamentos, mayor uso de aviones privados; más barcos pequeños y tráfico marítimo; y uso generalizado de servicios postales.
La UNODC alerta que hay un aumento sin precedentes del mercado de las metanfetaminas, pues las incautaciones han aumentado más 200 por ciento, pero la detección de sus principales precursores ha disminuido 99 por ciento, lo que refleja “poco control internacional y gran capacidad de adaptación de grupos criminales, particularmente en México y Myanmar”.
Jorge González Olvera, director general de la Conadic, presentó el Informe sobre la Situación de la Salud Mental y el Consumo de Sustancias Psicoactivas en México, en el que destacó que en el contexto de la pandemia de Covid-19, el estrés y la ansiedad fueron los estados emocionales más prevalentes.
Aseguró que el consumo de alcohol y tabaco se mantuvo entre la población, “y el de drogas ilícitas disminuyó”. En cuanto al uso problemático de sustancias psicoactivas, indicó que la demanda de atención por consumo de metanfetaminas se incrementó en 218 por ciento, mientras que la demanda por consumo de alcohol y marihuana disminuyeron en 31 y 32 por ciento, respectivamente.
Sin embargo, afirmó que el consumo de alcohol y tabaco siguen representando la mayor carga de la enfermedad para la población, como factor de riesgo y como causa directa.