Aunque el establecimiento de un salario mínimo profesional para los jornaleros agrícolas, en diciembre de 2020, fue un avance “histórico” para reconocer los derechos de esta población, el monto de 160 pesos en que quedó dicho índice es “totalmente insuficiente” para cubrir sus necesidades básicas, por lo que es necesario exigir que ese monto por lo menos se duplique.
Así lo afirmaron los participantes en el foro virtual Justicia salarial para la población jornalera agrícola: una deuda pendiente del Estado mexicano, quienes señalaron que aumentar el salario de los jornaleros debe ir acompañado de otras acciones indispensables, como establecer la firma de contratos laborales justos que garanticen la entrega de su pago.
Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, señaló que desde 2020 y hasta mayo de 2021, sólo en la región de Tlapa, Guerrero, más de 21 mil personas decidieron migrar a los campos agrícolas del norte y occidente del país, como parte de una fuerza de trabajo que nunca se detuvo a pesar de la pandemia, pero tampoco gozó de condiciones laborales justas.
“Lamentablemente, por la parte patronal no ha habido una respuesta eficaz para garantizar la atención que se requiere para que los jornaleros sean prioritarios en la vacunación contra el Covid-19. Además, la canasta básica se fue por los cielos y los salarios de los trabajadores agrícolas siguen congelados”, lamentó.
Deberían ganar 500 pesos diarios
Por su parte, Lorenzo Rodríguez, secretario general del Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas, señaló que fijar el salario mínimo profesional de este sector a finales del año pasado fue “histórico, pero no estamos satisfechos”, pues de acuerdo con estudios sobre el tema, los trabajadores del campo deberían ganar al menos 500 pesos para cubrir el precio de la canasta básica.
Por lo anterior, señaló que es necesario persistir en la lucha para exigir que dicho índice se ubique en al menos 300 pesos, como un primer paso para obtener una remuneración adecuada por el trabajo que realizan.
Jorge Romero, integrante de Oxfam México, coincidió en que pasar de los 160 pesos de la actualidad a los 300 que muchas organizaciones se están fijando como meta mínima, no significa “exigir prebendas o beneficios especiales”, sino garantizar las bases de un salario digno y condiciones seguras de trabajo.
En el conversatorio participaron las trabajadoras agrícolas Rocío Ramírez Domínguez y Hermelinda Santiago Ríos, quienes expusieron la “explotación y sufrimiento” que padecen en los campos de cultivo, a cambio de un salario insuficiente.