Madrid. El Ejecutivo español, del socialista Pedro Sánchez, aprobó en un Consejo de Ministros extraordinario una reducción del IVA a la tarifa eléctrica dada la escalada del precio de las últimas semanas y que ha provocado la alarma en los usuarios al constatar un incremento histórico, que llegó a ser superior al 44 por ciento con respecto del año anterior.
La reducción será del 21 al 10 por ciento de la factura de la luz y será una medida temporal, que en principio acabará a finales de año y no incluirá a los pequeños y medianos empresarios, que son quizá los colectivos más afectados por el precio de la luz.
Nunca antes había sido tan cara la luz en España. Tanto es así que la inmensa mayoría de los ciudadanos, algo más de 10 millones de hogares, han ido cambiando sus hábitos cotidianos para evitar que a final de mes reciban una factura de la energía eléctrica que acaba arruinando a la economía familiar. Por ejemplo, mucha gente las lavadoras y las lavavajillas las ponen de madrugada o sólo durante el fin de semana, cuando la tarifa es más barata.
El aire acondicionado o la calefacción eléctrica prácticamente sólo se usa cuando la temperatura ya es insoportable. Y así con casi todo los electrodomésticos o aparatos que consuman mucha energía, que han pasado a verse como enseres de lujo.
La medida aprobada se aprobó finalmente después de muchas reticencias por parte del gobierno, que había recibido muchas críticas por su falta de reflejos para actuar en la crisis y sobre todo por su doble vara de medir, puesto cuando estaban en la oposición tanto el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como Unidas Podemos (UP), que integran la coalición en el poder, criticaron con dureza la política energética del anterior gobierno y anunciaron que con llegada al gobierno estos incrementos en el precio de la luz no ocurrirán. Y lejos de no ocurrir, alcanzaron cotas históricas que hicieron soltar todas las alarmas.