El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió ayer con el empresario Carlos Slim y la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, en momentos en que se espera información relacionada con el derrumbe de un tramo de la línea 12 del Metro, ocurrido el pasado 3 de mayo, y la manera en que se financiará la reconstrucción.
El encuentro ocurre casi una semana después de la divulgación del estudio elaborado por la firma noruega DNV que apunta a causas estructurales del acontecimiento que dejó 26 personas fallecidas y decenas de lesionadas. Un consorcio del Grupo Carso fue responsable de la construcción de la trabe colapsada.
Tres minutos antes de las 11 de la mañana, con un documento bajo el brazo y caminando a prisa, llegó a Palacio Nacional el presidente honorario de Grupo Carso, con la vista fija en la puerta de Corregidora, en la lateral del inmueble histórico. Apenas el viernes pasado el presidente López Obrador le hizo un reconocimiento público porque, aseguró, Slim “no juega a las vencidas” como otros hombres negocios que intentan someter al gobierno legal y legítimamente constituido.
Sheinbaum ya esperaba adentro, en la sala de espera del despacho presidencial, donde los tres hablaron poco más de una hora.
El mandatario no emitió información al respecto, aunque el alto nivel de la conversación se puso de manifiesto porque Sheinbaum volvió a Palacio Nacional en la tarde, en medio de un aguacero, y llegó a la misma puerta a bordo del auto gris compacto en el que suele ser transportada.
Por la mañana, debido a la presencia de un buen número de reporteros, fotógrafos y camarógrafos, Slim se retiró por el estacionamiento, mientras los comerciantes y transeúntes de la bulliciosa calle Correo Mayor, en el corazón del Centro Histórico, se preguntaban quién era el hombre del Mercedes negro blindado, de vidrios polarizados, a quien los reporteros perseguían tanto.