Al conmemorar el Día Mundial del Refugiado, el subsecretario de Derechos Humanos Población y Migración, de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas aseveró que México, convertido ahora también en un país de destino, “va a mantener sus puertas abiertas como lo hicimos en los momentos más graves de la pandemia, en donde se consideró como una actividad esencial el refugio”.
En la Casa Refugio Citlaltépetl, Encinas subrayó: “vamos a mantener las puertas abiertas para aquellas personas que buscan una oportunidad, que buscan paz y tranquilidad, que en nuestro país la encuentren es una responsabilidad del Estado mexicano y la vamos a cumplir no solo como una obligación legal sino por convicción humanitaria y defensa de los derechos humanos”.
En el evento en el que estuvo acompañado por Mark Manly Acnur y el titular de la Comar, Andrés Ramírez, entre otros resaltó que era un gran honor conmemorar el Día Mundial de los Refugiados en un lugar tan emblemático como la casa Refugio Citlaltépetl que ya desde hace mas de veintidós años ha abordado el fenómeno de refugiados desde una perspectiva cultural y que ha dado refugio a escritores de muy diversas nacionalidades víctimas de la violencia y de la persecución política en sus distintos países.
Refirió que también es importante conmemorar el Día de los Refugiados, en este año que se celebra la primera década de la reforma constitucional que en el artículo 11 estableció reconocimiento pleno de los derechos humanos de todas las personas y en particular el derecho a solicitar asilo y protección internacional.
Encinas, en su discurso señaló “comentábamos hace rato con Andrés Ramírez, titular de la Comar que con los registros al mes de junio ya estamos rebasando las cincuenta mil solicitudes de refugio de nacionalidades muy diversas, no solo de Honduras, Guatemala, El Salvador, sino que tenemos cifras crecientes de otras nacionalidades de Haití, Nicaragua, Venezuela, Colombia, pero también nacionalidades extra continentales que se han venido incrementando de manera muy significativa”.
Abundó el funcionario que eso da cuenta no solo de la profunda tragedia humanitaria que ha representado la pandemia en muchas regiones del sur del continente sino también lamentablemente de las afectaciones a los derechos de muchas personas que se ven obligadas a salir de su país ya sea por la violencia delictiva, por la persecución política, por los desastres naturales, por el cambio climático y de manera muy particular, derivado de la pobreza, de la la migración y a falta de oportunidades.
Recordó en este día al gran diplomático y humanista mexicano Gilberto Bosques, de quien refirió, que como cónsul de México en Francia tramitó visas humanitarias para españoles, republicanos que huían del franquismo y también para alrededor de cuatrocientos judíos. Más que esas visas humanitarias “dio esperanza y oportunidad de vi9da a muchas personas”.
En el evento la refugiada nicaragüense Mariam Gabriela Pérez Guerra relató su experiencia como refugiada. “Mi nombre es Mariam Gabriela y nací en Nicaragua, país hermoso, de gente buena pero sacudido por gobernantes crueles que han hecho de la injusticia ley. Donde los derechos humanos no son solo incumplidos sino también violados. Mi esposo y yo estamos en México desde el 2 de octubre de 2018 y nos hemos encontrado en el camino a personas que se han convertido en familia, por voluntad, por decisión, familia que nos ha enseñado la grandeza del ser humano”.
Dijo que conoció historias de mujeres que huyeron de sus países de origen por la violencia descomunal y que en el trayecto fueron victimas de abusos sexuales, robos y algunas, fueron victimas del crimen organizado. Duele conocer esas realidades, pero duele todavía más, subrayó que la mayoría de ellas conocían de las probabilidades de ser víctimas de esos delitos. ¡Imagínense ustedes cuanta desesperanza, miedo e imposibilidad de vivir en sus países hay!
Hizo un llamado a la solidaridad internacional: “no nos dejen solos”.