Con un financiamiento público que suma casi 7 mil millones de pesos, durante los últimos años han surgido y desaparecido 15 partidos. Esas aventuras políticas sólo han sido, en algunos casos, una forma de enriquecimiento para sus dirigentes, cuyos excesos motivaron que se regularan los procesos de extinción.
De esos 15 creados a partir del año 2000, diez no sobrevivieron a su primera prueba en las urnas, con un perfil variopinto de derecha a la socialdemocracia. Crear un partido requiere contar, para este último ciclo, con 233 mil 945 militantes (0.24 por ciento del padrón) distribuidos en al menos 20 estados o 200 distritos para acceder al financiamiento público.
Bajo estas facilidades surgieron organizaciones como el Partido Liberal Progresista, Alianza Social, México Posible, Centro Democrático y Fuerza Ciudadana, entre otros experimentos de políticos disidentes, líderes sindicales y hasta religiosos.
Amparado aún en una regulación que permitía aliarse con ellos en su primera elección, Sociedad Nacionalista fue el prototipo de los excesos de sus dirigentes, quienes crearon empresas fantasma que se convirtieron en sus proveedores con el fin de obtener grandes contratos, en un esquema muy cercano a la privatización de las prerrogativas, que entre 1999 y 2003 sumaron 564 millones de pesos.
La experiencia terminó con millonarias multas por parte del entonces Instituto Federal Electoral (que no pudieron cobrarse), órdenes de aprehensión y la impunidad en estos actos.
Ahora, reformas legales impiden que los partidos de nueva creación puedan aliarse con otros en su primeros comicios.
En más casos, como el Partido Alternativa Social Demócrata y Campesina, una extraña mezcla que surgió en 2005, muy pronto surgieron las disputas por su control financiero que los dividió incluso a la mitad de su primer proceso electoral. Sobrevivieron un ciclo más con la postulación de Patricia Mercado, quien logró captar el interés de un sector del electorado.
Al amparo de la entonces influyente Elba Esther Gordillo, Nueva Alianza fue el partido de reciente creación que más prolongó su existencia, de 2006 a 2018. En ese periodo obtuvo casi 3 mil millones de pesos por fungir prácticamente como satélite del PAN –en 2006– o del PRI en procesos subsecuentes hasta su extinción, en medio del fracaso tricolor en 2018.