El coordinador de la bancada saliente de diputados federales de Morena, Ignacio Mier (quien entró al relevo de Mario Delgado cuando éste saltó a la aventura de dirigir el partido en el poder), hizo ayer un esbozo de lo que podría ser la propuesta de regeneración del tejido electoral nacional: “Se tiene que profundizar en el árbitro electoral, en la fiscalización, en el financiamiento de los partidos políticos y el número de diputados que integran la Cámara de Diputados y el Senado”, dijo.
Sería preocupante que los aires reformistas se quedaran en esos cuatro puntos operativos que son importantes, sin duda, pero insuficientes. Salvo el caso de la reducción del número de legisladores (específicamente los que son elegidos por la vía de la representación proporcional), que es más efectista que trascendente, los otros tres puntos merecen reformas profundas y honestas, que de manera sustancial eliminen el carácter faccioso y corrupto de la integración de las consejerías electorales, permitan certificar con veracidad el uso del dinero en campañas y reduzcan el monto del erario entregado a los partidos.
Pero el salto cualitativo en la materia no puede quedarse sólo en estos aspectos. No se trata de mantener la partidocracia, sino de abrir cauces genuinos a la participación popular independiente, quitando el privilegio aplastante de los partidos para postular candidatos y evitando que estos institutos reciclen basura política con tal de obtener triunfos de oscuro pragmatismo (como ha sucedido este año). Vale la pena echar un ojo a lo sucedido en Chile, donde son ajenos a partidos, es decir, independientes, 64 por ciento de los elegidos para redactar una nueva Constitución, la cual supla la dejada por el golpista Augusto Pinochet.
En Reynosa comenzó y se desarrolló la carrera política del panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca. Ahí fue presidente municipal y diputado. Y ahí sucedieron este sábado hechos que en primera lectura parecerían terrorismo a cargo de grupos mafiosos y, desde otro ángulo, semejarían un mensaje de cambio de gerencia del negocio criminal, pues el predominio de Acción Nacional fue abatido con amplios triunfos de Morena en esas tierras reynosenses, y en Tamaulipas en general, que abren la puerta en el Congreso local a la aceptación del cumplimiento de la famosa orden de aprehensión contra el mandatario García Cabeza de Vaca.
Por lo pronto, en siete horas hubo 14 civiles asesinados, al parecer de manera fortuita; así lo mencionan varias publicaciones, entre ellas El Mañana de Reynosa, que tituló su nota sobre estos hechos: “Batalla por Reynosa”, con el subtítulo “Zona de guerra: pistoleros irrumpen en colonias de la ciudad y abren fuego contra la población” (https://bit.ly/3gEXHkC).
Por la manera en que actuaron esos pistoleros, pareciera que dispararon contra inocentes, aunque otras versiones aseguran que algunos de ellos tenían relación con el narcomenudeo. Por la noche, murieron cuatro presuntos criminales en un enfrentamiento con policías, según la versión oficial, aunque otras voces hablan de una ejecución extraoficial.
Lo cierto es que, en su propia tierra, a García Cabeza de Vaca le están calentando o se le está calentando la plaza, en un nuevo escenario de poderes que podría acelerar la aceptación de la ingobernabilidad panista de esa convulsa entidad.
Astillas
En el escandaloso amasiato, siempre en riesgo de traiciones, entre Morena y el Verde, ahora aparece el oaxaqueño Raúl Bolaños-Cacho Cué, militante del negocio de las cuatro mentiras (el PVEM), como aspirante a presidir la mesa directiva del Senado. De darse el apoyo de Morena a este personaje, sería en pago por haber presentado de último minuto la propuesta de un artículo transitorio para dar al ministro Arturo Zaldívar dos años más al frente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo de la Judicatura Federal. Tratos son tratos… ¡Hasta mañana!
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