A lo largo de la presente administración, el gobierno federal ha evitado la contratación de deuda pública para enfrentar las rudas consecuencias de la pandémica realidad económica. En cambio, ley en mano, ha recuperado para la nación miles de millones que evadieron y/o eludieron algunos de los causantes, con los grandes contribuyentes a la cabeza (especialistas en evasión y elusión fiscales, no sin la “ayuda” de la tecnocracia).
En materia de deuda pública, como en tantas otras, la herencia neoliberal fue desastrosa, con un débito que se multiplicó por cinco tan sólo en las últimas tres administraciones con ese sello (Fox, Calderón y Peña Nieto), sin que ello impulsara el crecimiento económico ni el desarrollo social. Por el contrario, creció como la espuma la de por sí enorme carga para los mexicanos.
Pero, práctica neoliberal, dejó huella en la mayoría de los gobiernos estatales y a estas alturas las entidades de la República –incluidos municipios y entes de ambos órdenes de gobierno– registran una deuda conjunta que supera los 637 mil millones de pesos, cuyo servicio financiero consume el grueso de los recursos que la Federación les canaliza.
Un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) da cuenta de ello: “La deuda subnacional (la de estados y municipios) presenta una tendencia de crecimiento ininterrumpido durante 14 años continuos, de 2006 a 2020, periodo en que el saldo del débito pasó de poco más de 160 mil millones de pesos a 637 mil millones, siendo el incremento total de 477 mil millones (casi 400 por ciento en el periodo o, si se prefiere, 5.6 por ciento como promedio anual en términos reales).
El CEFP detalla que entre las entidades que incrementaron su deuda durante el último año (del primer trimestre de 2020 al mismo periodo de 2021) destacan, por la magnitud porcentual en términos reales: Yucatán, con un alza de 80.9 por ciento, Guanajuato (38.5 por ciento), Jalisco (29.5), Aguascalientes (16) y Durango (11.2).
En lo que se refiere a la composición de la deuda subnacional por tipo de acreditado, precisa el CEFP, los gobiernos estatales concentran el grueso del financiamiento, con un débito contratado por 544 mil 847.8 millones de pesos, equivalente a 86.4 por ciento del crédito otorgado; los municipios tienen obligaciones financieras cercanas a 40 mil millones y los entes públicos estatales su parte; éstos últimos reportan una deuda superior a 43 mil millones y los entes municipales a 2 mil 654 millones. En todos los casos, la banca privada es la acreedora que concentra la mayoría (55.5 por ciento del total); le sigue la banca de desarrollo (35.1).
Si se considera el endeudamiento por habitante, los cinco estados más endeudados en el periodo de referencia son: Nuevo León (14 mil 660.3 pesos por persona); Quintana Roo (13 mil 149.2); Chihuahua (12 mil 634.7); Coahuila (11 mil 654.6) y Ciudad de México (9 mil 570.8). Estas cinco entidades presentan cifras superiores en hasta en dos veces el promedio subnacional (4 mil 709.4 pesos).
Como proporción de su producto interno bruto estatal (PIBE), los cinco estados más endeudados son Quintana Roo, con un saldo de la deuda subnacional de 8.2 por ciento del PIBE; Chiapas y Chihuahua, 6.5; Coahuila, 5; y Nuevo León, 4.9. Destaca Quintana Roo, al presentar una deuda casi 3 veces mayor al promedio subnacional de 2.9 por ciento.
En términos del endeudamiento como proporción de sus ingresos totales, sobresale Nuevo León al presentar un indicador de 84 por ciento; le siguen Coahuila (72.2), Chihuahua (69.9) y Quintana Roo, 68.4. Estos estados presentan cantidades más de dos veces superiores al promedio subnacional de 26.5 por ciento. Las mismas entidades destacan como las más endeudadas respecto de sus ingresos por participaciones, con proporciones que oscilan entre 197.7 y 175 por ciento, cifras más de dos veces y medio mayores al promedio subnacional de 69.5 por ciento. En relación con este mismo indicador, Tlaxcala, Querétaro, Guerrero y Puebla muestran las menores deudas, con registros inferiores a 20 por ciento.
Las rebanadas del pastel:
Cuidado con los daltónicos: a partir de hoy, la CDMX regresa a semáforo epidemiológico amarillo, aunque lo quieran pintar de verde. Extremen los cuidados.