A los rabitos rítmicos que son una brújula para que el sol y la alegría entren a los hogares, a las narices curiosas, a esos seres peludos que ofrecen compañía, están dedicados los versos de Cinthia López, quien reunió 11 poemas para el público infantil en el libro Arrullo de perro, con ilustraciones de Michelle Veloz.
“La poesía de algún modo nace con nosotros, la traemos inmersa desde que escuchamos a mamá cantándonos cuando estamos en el vientre, se queda en el interior. Cuando vamos creciendo tenemos de algún modo está cuestión natural de la poesía”, dice la creadora del texto que publicó Alas y Raíces en el libro electrónico de descarga gratuita. “Para mí, escribir para ellos es retomar este recuerdo que se queda inherente a nosotros”.
Cinthia López, diseñadora gráfica y autora de literatura infantil, participó en una charla que se transmitió el pasado martes a través del Facebook de Alas y Raíces, programa de la Secretaría de Cultura federal. Arrullo de perro narra metafóricamente las diferentes vidas de estos animales, los que viven en la calle, los que están en un hogar y aman a sus humanos; algunos tienen amigos gatos, uno incluso un elefante; también sobre el temor a que un día tu amigo de cuatro patas muera.
“Ladro, y en mi canto no temo a la noche. Porque la noche es un juego de niños”, relata uno de los protagonistas de las páginas digitales, seres con rabos que son molinos de viento; otro rabo es una sombra sin prisa; los canis lupus familiaris, mamíferos, carnívoros y cuadrúpedos, a los que simplemente llamamos Solovino.
“Los perros tienen una vida; pueden tener la suerte de ser adoptados por personas que los van a cuidar o los que anhelan tener a un niño como protector”, comenta. “No sólo son la mascota, sino que son nuestros amigos y compañeros. En muchas ocasiones, cuando estaba triste, abrazaba al perro de la niñez, le hablaba. Él ponía la cabeza en mis piernas, yo sentía que era un consuelo”.
La poesía es una adivinanza
–Mamá, ya entendí: la poesía es una adivinanza, ¿verdad? –relata que le preguntó una de sus pequeñas hijas después de oír uno de los arrullos perrunos y quedarse pensando por un momento.
Dirigirse a lectores más pequeños le ha hecho reflexionar que “la poesía es una forma de entender la vida. Y cuando la haces para niños se vuelve una expresión muy reconfortante, porque la manera en que escuchan se queda corto ante lo que ellos traducen. Ven la vida sin prejuicios, tan limpia”.
En opinión de Cinthia, existe la idea preconcebida de que la poesía no es tan fácil de entender. Y cuando es para niños, se incrementa esta opinión. “En México, el panorama editorial es muy complicado, se buscan los géneros literarios que sean más vendibles. Las editoriales tienen un acervo mayor de cuento y novela que de poesía”.
Boomer y Siqueiros, que en algún momento la acompañaron por la vida, fueron fuente de inspiración de los 11 poemas. “Siempre me han gustado los perros; de niña tuve a Boomer, por 15 años, es el más entrañable que tuve en la vida. Luego, encontré otro perrito en la calle, andaba por ahí deambulando el pobre en una avenida de velocidades altas. Me lo llevé a casa y le puse Siqueiros. Los dos murieron de viejitos. También está la parte dolorosa de perderlos”.
La poesía fue la forma de expresar sentimientos hacia ellos, los perritos de su vida. Fue un proceso que tomó alrededor de cinco años. La publicación del poemario, parte de la colección Alas de Lagartija, dirigida al público infantil, significó sacar el polvo del tintero y le provocó un momento de alegría en el periodo de pandemia.
Las ilustraciones de Michelle Veloz interpretan el espíritu del trazo infantil. “El acompañamiento de las imágenes al texto hace que la obra se complemente”, consideró Cinthia López.
La presentación incluyó un video con fotos y vivencias de los pequeños lectores sobre sus mascotas, no únicamente perros, también gatos y hasta un gallo.
El libro electrónico está disponible en el enlace www.alasyraices.gob.mx/ebooks/arrullo_de_perro.pdf