El libro Gabo y Mercedes: una despedida incluye una sección de fotografías poco vistas e interesantes de la vida y los últimos días de Gabriel García Márquez y Mercedes Barcha, menciona su hijo y autor de la crónica, Rodrigo García.
Las imágenes, agrega, “dan un poquito de referencia. Hablo mucho de la casa. Primero, era documentar algunas cosas de esos días (los últimos en la vida del escritor), como el arcoiris en la foto o el mural de periodistas en el Palacio de Bellas Artes”.
Sobre el arco de luz, García Barcha consigna que la mañana del día en que se homenajeó a Gabo en el máximo recinto cultural del país, el 21 de abril de 2014, “cuando levanto la vista del plato descubro un arcoiris pequeño y perfecto que se forma sobre el respaldo de la silla de mi padre. Nace de la luz matutina que se refracta en el mismo vidrio contra el cual hace unos días se mató el ave”.
Sostiene que dado que García Márquez tiene lectores en todo el mundo, a quienes nunca han estado en la Ciudad de México las imágenes les darán contexto. “Además, se muestra un par de fotografías de Gabo y Mercedes jóvenes, no tan vistas. Han disfrutado mucho las fotos, eso me han dicho”.
–Para ti, ¿quién era Gabriel García Márquez?
–Él fue varias personas, como todo el mundo, pero él era además del escritor, el escritor famoso y la persona pública involucrada en causas políticas y sociales. También, la persona compartida con otros, de quien pensaban que era parte de ellos. A la distancia lo recuerdo más como mi padre, no tanto como su vida pública.
–Narras que tu padre escribió sus memorias, pero se detuvo en la tercera década.
–Le parecía que hacer memoria de los años de la fama y el éxito no iba a ser tan interesante; finalmente, pensó que sí lo era contar los primeros 27 años, los que lo hicieron escritor.
“Todo lo que sucede en los primeros años de vida, la adolescencia y la juventud son los sucesos con raíces más profundas. Creo que quiso quedarse en eso.”