Aunque actualmente dentro de las fuerzas armadas “no es tan complicado” identificarse de manera abierta como una persona lesbiana, gay, bisexual, trans, intersexual y queer (LGBT), como sí sucedía años atrás, esta apertura a la diversidad sexual no se ha traducido en el ejercicio pleno de sus derechos, de acuerdo con el estudio Población militar LGBT en México: necesidades y atención en salud, realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al presentar los resultados preliminares, Marcela Agudelo Botero, del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud, expuso que si se revisan los programas específicos para la atención de la salud de la población militar, que incluya a los beneficiarios, no se observa dentro de estos una perspectiva de género, de derechos humanos y de diversidad sexual.
En conferencia virtual, señaló que de acuerdo con las entrevistas realizadas a integrantes de las fuerzas armadas, los servicios de salud institucionales no están diseñados para abordar de manera específica sus necesidades y son espacios “donde hay una alta estigmatización, discriminación y desconocimiento por parte del personal para atender a es-ta población”.
De igual manera, coincidieron en que falta “un abordaje integral, no sólo físico, sino también sobre la salud mental y emocional”.
Ayuda exterior
Agudelo Botero señaló que ante ello es recurrente que las personas LGBT busquen ayuda afuera de los servicios de salud institucionales
Ante este panorama, tanto la especialista como Marko Ruiz Anguiano, estudiante del Posgrado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la UNAM, destacaron la necesidad de visibilizar y reconocer las necesidades específicas de esta población para generar acciones estratégicas, así como empoderar a las personas LGBT como sujetos de derechos, con fin de garantizar una vida libre de discriminación y violencias.