En la capital hay variedades nativas de maíz que se cultivan en Xochimilco y Milpa Alta, particularmente el cacahuacintle, el chalqueño y elotes cónicos, explicó el director de Comunicación de la Ciencia de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), Carlos Galindo Leal, durante la inauguración de la muestra Tierra de maíces, en el atrio del templo de San Francisco, en la calle Madero.
En colaboración con la Fundación Slim –por medio de la Fundación del Centro Histórico– la Conabio montó la exposición con plantas de cinco distintas especies de maíz y un mural en el que se exhiben 57 de alrededor de 60 variedades que se cultivan en el país.
En entrevista, Galindo explicó que se debe poner énfasis en la diversidad de maíces que hay en México, donde comenzó a ser domesticado hace aproximadamente 10 mil años a partir del teocintle, la planta silvestre de la que se origina.
El mural exhibe productos como el zapalote chico, gordo negro de Chimaltenango, nal-tel, dulcillo del noreste, serrano mixe, toluqueño, elotero de Sinaloa, tepecintle, tuxpeño, dzit bacal, chapalote, bofo y mushito de Michoacán, entre otros.
“Son como los mexicanos, chaparros, altos, gordos, flacos y de todos colores”, y esa diversidad genética es su principal defensa frente al cambio climático, “sobreviven los más resistentes”.
Refirió que incluso hay restaurantes que piden razas específicas de maíz, aunque la mayoría de los consumidores las desconocen y difícilmente podrían distinguir una de otra, como ocurre con los vinos, “la próxima vez que vayan a comer esquites pregunten qué tipo de maíz es, a ver si saben”.
Sobre la creencia de dejar de comer tortillas para bajar de peso, Galindo Leal, experto que cuenta con un doctorado en filosofía por la Universidad de Columbia Británica, Canadá, donde fue investigador en el área de manejo forestal, sostuvo todo lo contrario, “no provoca aumento de peso y su proceso de nixtamalización enriquece sus características nutricionales; lo que sí hay que sacar de la dieta es la comida chatarra y las bebidas azucaradas”.
Consideró que los huertos urbanos son una buena opción para cultivar una pequeña milpa, con una planta de maíz, frijol y chile, no para alimentar a una familia, sino para educarnos y familiarizarnos con ellas. Los parques urbanos deberían tener espacios para el cultivo de huertos.
Christiane Hajj Aboumrad, directora ejecutiva de la Fundación del Centro Histórico, señaló que los cultivos, algunos ya con una altura de dos metros, permanecerán en el atrio hasta agosto, cuando inicia la cosecha de maíz tierno.
El acceso a este lugar, recuperado hace 20 años como un área de descanso, a espaldas de la Torre Latinoamericana, es gratuito y cuenta con medidas sanitarias adecuadas para prevenir contagios.