Los resultados de los estudios de ADN que realizó la Universidad de Innsbruck y que dieron como resultado la confirmación de que los estudiantes Christian Alfonso Rodríguez Telumbre y Jhosivani Guerrero de la Cruz fueron privados de la vida el 26 de septiembre de 2014 no modifica la llamada “verdad histórica” en el caso Ayotzinapa, señalaron ex funcionarios federales que participaron entre 2014 y 2018 en las investigaciones.
Mencionaron que los fragmentos con los que se corroboró la identidad de los dos normalistas fueron localizados en la zona que abarca el basurero municipal de Cocula y el trayecto del Río Cocula, ya que la barranca La Carnicería se encuentra entre los puntos.
Los entrevistados refirieron que esa barranca está a 800 metros del basurero, y que en las declaraciones de los detenidos –en versión pública en la página web de la Fiscalía General de la República (FGR)– uno de los agresores señala que “al concluir la incineración trataron de recoger los restos pero al estar calientes perforaban las bolsas de plástico en los que finalmente los metieron.
“Existe de esta manera la posibilidad de que no todos los fragmentos hayan sido arrojados al Río Cocula y por ello se pudieron recuperar en la barranca La Carnicería, que estaba en su trayecto hacia la cabecera municipal de Cocula”, indicaron.
Los investigadores y peritos entrevistados señalaron –contrario a lo mencionado el martes por el fiscal para el caso Iguala, Omar Gómez Trejo, en cuanto a que se trató de cerrar la investigación en administraciones anteriores– que ellos dejaron líneas para indagar el paradero de los normalistas en cada una de las gestiones de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y que aquellas fueron establecidas con los padres de los normalistas, sus representantes, así como integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes y de los peritos argentinos. Aseguraron que la confirmación de identidad que arrojaron los estudios realizados en la Universidad de Innsbruck, respecto de los estudiantes Christian Alfonso Rodríguez Telumbre y Jhosivani Guerrero de la Cruz, ratifica la hipótesis que desde 2014 se ha seguido.
Los entrevistados pidieron el anonimato por temor a ser involucrados en las actuales indagatorias del suceso.