Nueva York. Si algo comprueba cómo “el sistema” está hecho para beneficiar a los más ricos, sólo se debe observar lo que todos saben: los ricos no pagan impuestos sobre sus fortunas personales, pero aún más escandaloso es que para lograrlo no cometen ningún delito, es perfectamente legal.
Y no es exageración. Algunos de los multimillonarios estadunidenses más ricos del planeta -como Jeff Bezos de Amazon, Elon Musk de Tesla, George Soros y Michael Bloomberg-, literalmente pagaron cero en impuestos federales durante varios de los últimos 15 años aunque sus fortunas se dispararon.
Algunos de los que sí pagan, lo hacen a una tasa bajísima. Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del planeta, declaró en 2013 que la tasa efectiva de impuestos que tenía que pagar era menor a la de su secretaria y llamó, junto con otros millonarios “responsables”, a que los políticos incrementaran los impuestos sobre los ricos -o sea, era tan exagerada la fórmula en beneficio a los ricos, que hasta les dio pena (o fue una maniobra de relaciones públicas bien hecha).
Pero con la crisis vinculada a la pandemia revelando aún más la desigualdad económica como el factor más determinante de la vida estadunidense, hay un creciente debate y el inicio de un giro en la política nacional, incluyendo el tema tributario, para enfrentar el problema estructural que ha llevado a los más ricos volverse infinitamente más ricos mientras todos los demás se han vuelto más pobres durante este último año de emergencia de salud y económica.
Los 719 multimillonarios estadunidenses con fortunas superiores a mil millones han visto su riqueza colectiva incrementarse por más de un 1.6 billones de dólares -un incremento del 55 por ciento- desde que se detonó la pandemia en marzo de 2020, mientras millones perdieron sus empleos, sus hogares y sus ahorros [https://inequality.org/great-divide/updates-billionaire-pandemic/].
Con ello, se ha detonado un movimiento para exigir que los ricos “paguen su parte”, y el gobierno de Joe Biden y sus aliados legislativos están contemplando medidas para cambiar la política fiscal -parte de la fractura del consenso neoliberal de los últimos 40 años.
La semana pasada, una investigación de ProPublica reveló que los 25 multimillonarios más ricos del país pagaron una tasa efectiva de impuestos de 3.4 por ciento sobre sus ganancias entre 2014 y 2018, y algunos pagaron literalmente cero en varios años durante los últimos 15 años a pesar de enormes ganancias [https://www.jornada.com.mx/2021/06/10/economia/019n1eco].
El economista Gabriel Zucman subrayó que lo más relevante revelado por ProPublica es que los 25 estadunidenses más ricos pagaron colectivamente 0.17 por ciento de su riqueza en impuestos en 2018 -mucho menos que la tasa efectiva sobre ingreso que pagó la clase media.
Nada de esto es nuevo: la tasa efectiva de impuestos sobre ingresos personales llegó a 92 por ciento para los más ricos en los anos cincuenta, pero desde entonces se ha desplomado, sobre todo con la inauguración de la era neoliberal con Ronald Reagan, hasta llegar a sólo 23 por ciento en 2018, por debajo de la tasa de 24.2 pagado por esa mitad más pobre del total de los hogares estadunidenses, según reportan los economistas destacados Emmanuel Saez y Gabriel Zucman.
Pero ni esa tasa se paga. Chuck Collins, director del programa sobre desigualdad del Institute for Policy Studies, señala que “la industria de defensa de riqueza” conformada por contadores, abogados especializados en impuestos y administradores de ricos se dedican a buscar cómo escaparse legalmente de una serie de obligaciones tributarías con todo tipo de maniobras, logrando incluso a llegar a cero en algunos casos.
“Los documentos del IRS demuestran que los más ricos pueden -perfectamente legalmente- pagar impuestos sobre ingresos que son sólo una fracción minúscula de los cientos de millones, si no miles de millones, que crecen sus fortunas cada año”, concluye el reportaje de ProPublica.
Y eso es sin contar las empresas. Críticos señalan que más de 90 de las 500 empresas más grandes del país no pagaron impuestos federales de ingreso en 2018. Algunas como Amazon, Chevron y Delta -todas con miles de millones en ganancias- incluso recibieron cheques de reembolso por miles de millones del gobierno federal.
Además de pagar casi nada en impuestos, también hay una creciente evasión tributaria de los individuos de alto ingreso y empresas. “El gobierno federal está perdiendo por lo menos 600 mil millones de dólares anuales por evasión de impuestos, en su mayoría de los ricos y las corporaciones”, afirma Frank Clemente, director ejecutivo de Americans for Tax Fairness, una de casi 90 organizaciones que han exigido mayor aplicación de las leyes tributarias contra ricos y empresas [https://americansfortaxfairness.org].
Algunos críticos señalan que en los hechos hay reglas tributarias diferentes para los ricos y para todos los demás, Los impuestos para la mayoría de gente trabajadora se pagan sobre salarios, pero para los ricos funciona de otra manera ya que la mayoría de sus ganancias se logran a través de valores bursátiles, empresas privadas, un mosaico de entidades y bienes raíces, todo lo cual se puede manipular mágicamente para efectos tributarios.
Pero durante los últimos años hay un creciente repudio público y ahora una amplia mayoría de los estadunidenses (59 por ciento) repudia el que empresas y ricos no paguen su parte en impuestos, según un sondeo por Pew Research.
En este contexto político, Biden está promovido ahora una reforma fiscal que impone un sistema tributario que, como él resume, “recompensa el trabajo -no la riqueza”, obligando a los ricos a pagar un tasa de 39.6 por ciento sobre ingresos generados por sus fortunas, incrementar la tasa de impuestos sobre empresas del 21 actual a 28 por ciento, y por separado, cerrar el mecanismo fiscal que permite que los ricos trasladen riqueza a sus herederos sin pagar impuestos por el incremento en su valor.
Líderes legislativos demócratas como los senadores Elizabeth Warren y Ron Wyden también están proponiendo nueva medidas para elevar impuestos sobre fortunas millonarias y herencias.
“Necesitamos un sistema de impuestos que exige que la clase multimillonaria empiece a pagar su parte justa de impuestos para reducir el nivel obsceno de desigualad de riqueza e ingreso en Estados Unidos”, afirma el senador Bernie Sanders, presidente del Comité sobre el Presupuesto de la cámara alta. “Esto no sólo es asunto de justicia económica, es un asunto que amenaza el tejido mismo de la democracia estadunidense porque la clase multimillonaria usa su incríble poder para dominar nuestro sistema político y el proceso legislativo. El resultado es un código de impuestos tramposo, regresivo y corrupto que ha beneficiado al 1 por ciento más rico con billones en exenciones de impuestos”, concluyó.