Madrid. Al menos cuatro migrantes murieron, entre ellos una mujer que estaría embarazada y un niño, después de que su embarcación volcara cerca de Canarias, en una nueva tragedia en este archipiélago español, frente a las costas africanas.
El último de estos sucesos, que se van haciendo habituales, ocurrió el jueves hacia las 22:00 locales (21:00 GMT) cerca de la isla de Lanzarote, en el archipiélago atlántico, puerta de entrada a Europa de los migrantes irregulares que buscan una vida mejor.
Una precaria y abarrotada embarcación volcó cuando alcanzó un área rocosa en la costa norte de la isla, según indicaron los servicios de emergencia locales.
"Había 49 (personas) en el barco, creemos", declaró a la Afp Enrique Espinosa, jefe de los servicios de emergencia de Lanzarote.
En un primer momento, Espinosa dijo que eran tres los fallecidos, de ellos "dos mujeres y creemos que una estaba embarazada".
El cuerpo de un cuarto fallecido, un niño, fue localizado posteriormente gracias a un helicóptero, confirmaron los servicios de emergencia.
Todavía se está buscando a otros cuatro desaparecidos.
En total, 20 hombres, 17 mujeres y cuatro niños, dos de ellos bebés, fueron rescatados, gracias a la intervención de los habitantes de la zona costera, que se lanzaron al mar a ayudar al darse cuenta de lo sucedido, según Espinosa.
La embarcación volcó en un área rocosa y peligrosa cercana a la costa.
Todos los migrantes eran originarios de África subsahariana. Algunos rescatados afirmaron haber partido dos días atrás de la localidad de Tan-Tan, en el sur de Marruecos y a unos 250 km al este de Lanzarote.
Otros 110 llegan a la costa
Otros dos barcos con 110 migrantes en total (96 hombres, 8 mujeres y 6 menores) llegaron durante la noche del jueves al viernes, según las autoridades.
Las llegadas de migrantes a Canarias desde las costas africanas, en una travesía peligrosa por las fuertes corrientes y la precariedad de las embarcaciones, aumentaron desde fines de 2019, sobre todo por los controles impuestos por la Unión Europea en el Mediterráneo.
En 2020 las llegadas se multiplicaron por ocho y alcanzaron las 23 mil 23 personas, según el Ministerio del Interior. Un récord desde la pasada crisis migratoria en Canarias, en 2006.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 850 personas murieron o desaparecieron en esta ruta en 2020. La oenegé Caminando Fronteras eleva esa cifra a mil 851.
El flujo ha seguido creciendo este año: hasta el 15 de junio, habían arribado a Canarias 5 mil 734 migrantes, dos veces más que en el mismo periodo de 2020.
Las oenegés advierten regularmente sobre la situación de los migrantes y sobre las condiciones en las que son recibidos en Canarias. Algunos terminan durmiendo en las calles, pues los centros de acogida están llenos.
"Es difícil tratar peor a las personas y generarles más dolencias por las condiciones en las que las acogemos", denunció el martes la presidenta de Médicos del Mundo, Nieves Turienzo, alegando que esta situación genera enfermedades y problemas mentales en los migrantes.
A finales de abril, de una embarcación a la deriva cerca de Canarias, fueron recuperados los cadáveres de 24 migrantes. En marzo, una niña maliense de dos años murió tras varios días de agonía en un hospital canario, luego de haber sido recuperada de una embarcación por los servicios de rescate.
Puerta de entrada a Europa para los migrantes, España enfrentó a mediados de mayo otra ola migratoria inédita, con la entrada de 11 mil personas, según la delegación del gobierno, en dos días al enclave español de Ceuta, en el norte de Marruecos, que aprovecharon la falta de control policial del lado marroquí.
La mayoría de los migrantes fueron rápidamente devueltos a Marruecos por las fuerzas españolas.