Si bien el el dinamismo de la economía de Estados Unidos continuará apoyando la reactivación de todas las regiones del país, el sur se ha visto impulsado por los grandes proyectos de infraestructura del gobierno federal, destacó Daniel Chiquiar, director general de Investigación Económica del Banco de México (BdeM).
“En general los proyectos que se han llevado a cabo en la región sur del país, según la opinión de los empresarios, sí han contribuido a una reactivación de esa región en términos económicos, y eso es indudable”, dijo el miembro del banco central al presentar el Reporte sobre la economías regionales correspondiente al primer trimestre de 2021.
En el sur-sureste del país el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador impulsa una serie de proyectos claves como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y la refinería de Dos Bocas.
Por otro lado, Chiquiar destacó que aunque en los primeros tres meses del año se registró en todas las regiones del país, una desaceleración respecto del cierre de 2020, en el norte y en el centro hubo una mayor afectación como consecuencia del desabasto de gas y la escasez de semiconductores.
Desabasto de chips
Anticipó que las economías regionales continúen apoyándose en una disipación gradual de la pandemia y la consecuente flexibilización de las medidas adoptadas para contenerla. Además, la velocidad en el avance en el proceso de vacunación seguirá siendo un factor clave para el impulso.
En cuanto a los riesgos para la recuperación económica del país, el reporte del BdeM resaltó un posible desabasto de ciertos insumos industriales.
A lo anterior, agregó la posibilidad de retrasos en la distribución o aplicación de las vacunas o un nuevo recrudecimiento de la pandemia, que implique la adopción de nuevas medidas para contenerla, así como la posibilidad de que continúen deteriorándose los indicadores de seguridad pública.
En el primer trimestre de 2021 y en abril la inflación anual de todas las regiones aumentó respecto de su nivel promedio del cuarto trimestre de 2020. En particular, la mayor inflación no subyacente se debió, principalmente, al alza de los energéticos, resultado del efecto aritmético de la notable reducción que el año pasado exhibieron los precios de las gasolinas, así como del aumento que durante el presente año han reportado los combustibles.