Ciudad de México. El Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) señaló que el tramo subterráneo de la línea 12 del Metro no puede ser reabierto hasta que se repare el viaducto elevado, en el que, tras realizar una inspección ocular, salvo en la parte colapsada, se hallaron deficiencias como fisuras en columnas, por lo que recomendó “no reiniciar” su operación hasta que no se haga una revisión detallada.
En el primer caso, la mesa técnica formada por expertos, trabajadores del Metro y el Gobierno de la Ciudad de México señaló que aun cuando el túnel no tiene daño estructural que impida su reapertura en el corto plazo, ésta no es viable, pues vías y trenes requieren de mantenimiento intensivo que se debe realizar en los talleres de la estación Tláhuac para garantizar la seguridad en la operación.
Francisco Suárez Fino, perito en túneles del CICM, señaló que en el tramo subterráneo, que consta de 8.5 kilómetros de Mexicaltzingo a Mixcaoc, se detectaron graves problemas de filtraciones y escurrimientos de agua, como en la primera estación.
Aunado a ello, hundimiento y que la estructura de la vía no cumple con las especificaciones y/o normativa vigente para que los trenes circulen con seguridad y confort.
Si bien, precisó, son problemas que deben ser atendidos antes de reanudar el servicio, el túnel no tiene daños estructurales ni deformaciones que pongan en riesgo su estabilidad, por lo que podría ser reabierto en el corto plazo, pero la necesidad de acceder a los talleres de Tláhuac no hacen viable esa posibilidad.
Al respecto, el secretario de Obras y Servicios, Jesús Esteva Medina, admitió que se requiere realizar mantenimiento constante en la nivelación de las vías y que los resultados de los estudios técnicos “nos limita la apertura del túnel”.
En ese acto también se presentó el primer informe de la inspección ocular que el CICM realizó al viaducto elevado de la línea 12, que consta de 16.2 kilómetros de Atlalilco a Tláhuac, como parte de los dictámenes de vulnerabilidad y seguridad estructural de dicha estructura, salvo en la parte colapsada.
El coordinador del Comité Técnico de Seguridad Estructural del CICM, Bernardo Gómez González, explicó que en esta primera fase se encontró que 68 por ciento de los tramos de la estructura tiene problemas grado C que no representan mayor riesgo, mientras 32 por ciento tiene afectaciones grado B, que si bien no significa que sean de alto riesgo, deben ser revisadas con mayor detalle.
Estas últimas tienen que ver con soldaduras al centro del claro (práctica de construcción cuestionable); separación insuficiente de vigas entre ellas y respecto de los cabezales; fisuras en columnas, trabes y cabezales; elementos de apoyo deformados o con apoyo parcial, entre otras.
Las que requieren atención inmediata, dijo, son la separación del puente vehicular de Periférico y las columnas del viaducto elevado del Metro, reparación de fisuras y el refuerzo que se realizó a la estructura en el tramo cercano a la estación Nopalera.
El CICM recomendó al gobierno local elaborar un proyecto de reforzamiento y rehabilitación que solucione las deficiencias identificadas.