Chilpancingo, Gro., El asesinato del comisario del poblado de Acatempa, municipio de Tixtla, Julio César Coctecón, perpetrado el martes en el Barrio de El Fortín, muestra la cara más cobarde y ruin de la delincuencia organizada en la zona, encabezada por Los Ardillos, denunció ayer el Comité por la libertad de los presos políticos del estado de Guerrero.
La organización indicó que Julio César Coctecón formó parte de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria y había salido del Centro de Readaptación Social de Chilpancingo el pasado mes de enero, después de más de cuatro años de permanecer recluido.
“Fue levantado cuando trabajaba en su milpa, junto con su esposa e hijo. Lo hicieron caminar por el cerro y posteriormente lo subieron a una camioneta Nissan blanca; a las pocas horas lo tiraron desnudo y desmembrado”, detalló.
El Comité destacó que el contexto social en el que viven los pueblos indígenas del estado es de “una enorme violencia estructural y una profunda injusticia social” y que este tipo de “acciones tan macabras” se llevan a cabo a la vista de las autoridades.
“Las violaciones a los derechos humanos son una constante y sus habitantes cargan un sentido de indefensión total en materia de seguridad y justicia en donde prolifera la impunidad. La presencia del crimen organizado, trabajando en conjunto con las autoridades del gobierno, y la corrupción se han vuelto una práctica de vida sistemática entre los pobladores”.
Expuso además que los presuntos criminales dejaron el cuerpo de Julio César frente a la casa del ex preso político Gonzalo Molina González, policía comunitario, fundador de la Casa de Justicia de El Paraíso, en Ayutla de los Libres y de la base de El Fortín, en el municipio de Tixtla.
La ONG aseguró que Molina ha sufrido amenazas “con frecuencia y en distintas modalidades” y fue víctima de tres intentos de levantamiento “sin que nunca se hayan aclarado los hechos”, por lo que responsabilizó “al gobierno local, estatal y federal de la integridad física del compañero”.
Exigió además el cese a estos hostigamientos, una investigación por los sucesos delictivos recientes y la detención de todos los implicados.
“Demandamos pare inmediatamente el contubernio de las autoridades de Tixtla con estos grupos de facto en contra de nuestro trabajo, porque no se puede entender la impunidad y la no actuación de las mismas ante estos hechos criminales”, recalcó.
En tanto, Adelfa Coctecón Limón, esposa de Julio César, pidió justicia y castigo a los responsables del homicidio de su cónyuge, así como protección para su familia, ya que teme por su vida y la de sus seres queridos.