Brasilia. Después de la preocupación por el aumento de casos positivos por Covid-19 durante la Copa América en Brasil, según dio a conocer el Ministerio de Salud del país anfitrión, se suma uno más en este contexto de un torneo muy criticado por realizarse en medio de una pandemia.
La selección de Uruguay partió ayer rumbo a Brasil, donde el viernes debutará en el certamen sudamericano, con un jugador con resultado positivo de coronavirus. El atacante Maximiliano Gómez forma parte de la delegación a pesar de salir infectado antes de embarcar.
Gómez volvió a dar positivo en los hisopados realizados el miércoles a todo el plantel charrúa, según consignaron medios locales, pero consiguió permiso para volar a Brasilia pues tiene el alta médica que asegura que ya no puede contagiar el virus.
El delantero del Valencia se había perdido la doble fecha de las clasificatorias sudamericanas a Qatar 2022 por estar infectado, al igual que Giorgian de Arrascaeta, quien por el contrario dio negativo en el último test al igual que el resto del plantel.
Si las lesiones eran el mayor riesgo de perder jugadores clave para la Copa América, la pandemia desplazó esa preocupación y ahora representa una de las principales razones por las cuales pueden sufrir bajas.
Aun sin besar la pelota, escupir o intercambiar camisetas como manda el protocolo, los jugadores se exponen al contagio en la Copa América, que ya suma 53 infectados. Lo repite el Maestro Óscar Tabárez, entrenador uruguayo: en esta “versión” del futbol, “todo está condicionado por la pandemia”.
La vacunación en las selecciones es dispar, entre los jugadores que recibieron dosis en Europa. Algunos fueron inoculados con el biológico Sinovac, un total de 50 mil entregadas por Conmebol. Pero la mayoría no completó el proceso.
Perú, por ejemplo, debió vacunarse en Quito, ya que el fármaco carece de autorización en el país, como también en Argentina, que sólo tiene un puñado jugadores inmunizados, al igual que Brasil.
En Chile, la mayoría está totalmente inoculada, mientras Uruguay tiene jugadores con dos, una y ninguna dosis. En Ecuador los locales ya pusieron el brazo, en tanto buena parte de los paraguayos recibió la Sinovac, por mencionar algunos casos informados por las asociaciones.
Aunque nadie es del todo inmune, algunos se exponen a mayores riesgos. Entre ellos Lionel Messi, sin vacuna ni antecedentes de Covid, dijo estar preocupado al reconocer “no es fácil” mantener el virus alejado pese a los cuidados.
Las reglas, con amenaza de multas de 15 mil a 30 mil dólares, impiden a los futbolistas salir del hotel o sitios de entrenamiento y recibir visitas. Además, se recomienda no compartir mate o tereré (la versión de la infusión en Paraguay), un hábito muy arraigado en varios países del sur.
José David Urbáez, presidente de la Sociedad de Infectología del Distrito Federal brasileño, explicó que con la Copa América en cuatro sedes (en tres hay infecciones) y algunos como Argentina y Paraguay yendo y viniendo a casa, el riesgo “es proporcional al índice de transmisión vi-ral en el lugar”. Agregó que la di-ferencia entre la Eurocopa y el torneo sudamericano en Brasil es que en éste último “la tasa de transmisión comunitaria es altísima”.