México y Argentina manifestaron su preocupación por la crisis en Nicaragua, en especial por “los casos inadmisibles de persecución política” contra opositores al régimen de Daniel Ortega.
En un pronunciamiento conjunto criticaron además el proceder de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que su Consejo Permanente emitiera una resolución sobre el caso. En contraparte, remarcaron su compromiso de no intervención, por lo que censuraron a las naciones que desde el organismo regional intentan interferir en asuntos internos de aquel país.
“La República Argentina y México, comprometidos con el respeto y la promoción de los derechos humanos desde una concepción integral dentro de la cual están contenidos los derechos civiles, políticos y electorales –además del inalienable valor de la igualdad y los derechos económicos y sociales–, manifiestan su preocupación por los acontecimientos ocurridos recientemente en Nicaragua.”
Las administraciones de Andrés Manuel López Obrador (México) y de Alberto Fernández (Argentina) manifestaron su preocupación, en especial por la detención de 13 figuras políticas de la oposición al gobierno de Ortega y su vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo.
Apuntaron que la revisión de esas aprehensiones contribuiría a que el proceso electoral nicaragüense (de noviembre próximo) “reciba el reconocimiento y el acompañamiento internacional apropiados. Hemos sido testigos, en varios países de la región, de casos inadmisibles de persecución política. Rechazamos esta conducta”.
Enfatizaron su rechazo a la posición de varios países del continente que, “lejos de apoyar el normal desarrollo de las instituciones democráticas, dejan de lado el principio de no intervención en asuntos internos, tan caro a nuestra historia”.
También se expresaron en contra con la pretensión de imponer pautas desde afuera o de prejuzgar indebidamente el desarrollo de procesos electorales. Debido a ello, manifestaron, no acompañaron el proyecto de resolución puesto a consideración en el Consejo Permanente del organismo regional, y junto a Honduras, Belice y Dominica, decidieron abstenerse en la votación.
“Es perentorio que la OEA retome el espíritu constructivo de su carta. Agradecemos el esfuerzo negociador de algunos estados miembros y hacemos un nuevo llamado a restablecer el diálogo interamericano”.
Expresaron su disposición para colaborar constructivamente para la resolución de la crisis en el país centroamericano, pero se dijeron convencidos de que la situación “será superada por las y los propios nicaragüenses, resguardando la convivencia pacífica, la división de poderes, el respeto a las minorías, las garantías constitucionales y, en general, el pleno respeto de todos los derechos humanos”.