Horacio Nava confía en que su experiencia y la preparación que ha sostenido aun con la pandemia, rendirán frutos en los 50 kilómetros de marcha, prueba que se extinguirá en los Juegos Olímpicos de Tokio y en la que junto con Isaac Palma serán los últimos representantes mexicanos, lo que aseguró, será una motivación para superar el sexto lugar que obtuvo en Pekín 2008 y conseguir la primera presea en la disciplina para el país desde Joel Sánchez en los 20 kilómetros de Sidney 2000.
“Vienen unos Juegos muy diferentes, son los últimos 50 kilómetros, a muchos no nos gusta, sobre todo a los que disfrutamos de esas competencias, de tanto mexicano emblemático; toda una historia para el país. Nos duele, la prueba tiene su saborcito, no es que seamos masoquistas, pero son inigualables las sensaciones al llegar a la meta en condiciones tan pesadas por la distancia y los climas”.
Después de los 50 kilómetros de marcha, a disputarse el 6 de agosto en Sapporo, la prueba de más largo aliento del atletismo será reducida a 35 kilómetros en todas las competencias.
“Es emblemática no sólo en México, si desaparecerla es para mejorar y bien de la marcha, adelante”, señaló el andarín de 39 años, y consideró que “será un muy buen pretexto para recordar a marchistas como Raúl González, Martín Bermúdez, Miguel Ángel Rodríguez, Joel Sánchez, ojalá sea para mejorar”.
Frente a las restricciones de preparación previa en Japón, donde sólo se permitirá una aclimatación de cinco días máximo, Nava, quien ratificó su plaza el pasado fin de semana en el Campeona-to Nacional en Querétaro, desarrolla la última fase de preparación con una concentración en Ixtapa, Zihuatanejo, donde encuentra condiciones de humedad similares a las que se estiman en territorio japonés.