El Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene identificado un boquete fiscal equivalente a un billón 400 mil millones de pesos, que equivale a una quinta parte del gasto público de este año. La mitad de ese dinero, 700 mil millones de pesos, es resultado de prácticas de evasión y elusión de grandes contribuyentes “plenamente identificados”.
Raquel Buenrostro, titular del organismo, detalló que la magnitud del dinero no enterado al fisco exhibe que no es necesario aumentar impuestos, sino que paguen los que no lo hacen. Adelantó que en lugar de una “reforma fiscal en el sentido tradicional”, se incluirá una miscelánea en el Paquete Económico 2022 –a ser presentado en el Congreso en septiembre– que “como primer saque” permitirá recaudar 200 mil millones de pesos adicionales a los del ejercicio en curso, para posteriormente llegar a 2 por ciento del producto interno bruto (PIB), unos 470 mil millones de pesos.
En conferencia afirmó que el año pasado, en plena pandemia, los esfuerzos de fiscalización fueron equivalentes a una reforma fiscal, al aumentar los ingresos 2.2 por ciento del PIB, siendo que los cambios en 2014 representaron 2.4 por ciento. Y si bien los grandes contribuyentes “se quejan y se hacen mártires”, no son los únicos a los que se está cobrando. De hecho, pagan una tasa de ISR casi 19 veces menor que las personas físicas y casi ocho veces menos que sueldos y salarios, exhibió.
El SAT presentó la tasa efectiva que pagaron grandes contribuyentes de 40 actividades económicas en los sectores de servicios económicos y financieros, que incluyen bancos, casas de bolsa, seguros, minería, industria manufacturera y farmacéutica, comercio al por menor y al por mayor –equivalentes al 35 por ciento del ISR causado–, entre 2016 y 2019. El objetivo es que quienes se encuentran por debajo de ese parámetro se pongan al corriente.
Por ejemplo, la banca paga una tasa efectiva del ISR de 5.3 por ciento; las casas de bolsa de 4.34 o la minería de 5.51 por ciento. Un asalariado promedio paga un impuesto a la renta de 25.4 por ciento.
“En estas 40 actividades económicas se estima que hay un monto potencial de evasión y elusión fiscal de alrededor de 700 mil millones de pesos, lo que representa 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) de 2020”, expuso Antonio Martínez Dagnino, administrador general de Grandes Contribuyentes. Agregó que se publicará la misma revisión con 15 sectores más, para tener un mapa completo de cómo tributan mil 200 actividades económicas.
Buenrostro recalcó que se tiene identificado con RFC a los grandes contribuyentes que han evadido y eludido 700 mil millones de pesos y el SAT espera recuperar al menos 10 por ciento de esos recursos en 2022. “Aquí no hay proyecciones, no hay estimaciones. Aquí nada más hay sumas y restas. Es información que está en el SAT, en bases de datos”.
En 2020, mientras los grandes pagaron una tasa efectiva de 1.3 por ciento de ISR, como proporción de sus ingresos acumulados, las personas físicas entregaron al fisco 25.4 por ciento y el régimen de sueldos y salarios entregó 11.4 por ciento. Y “si le metemos las devoluciones de IVA en las manufactureras y algunas empresas que se dedican a las autopartes, las tasas serían negativas”, exhibió Buenrostro.
Agregó que sumado a los faltantes en grandes contribuyentes, hay una evasión estimada en 500 mil millones de pesos en el traslado de mercancía informal, lo cual se busca frenar con la digitalización de la Carta Porte, documento que permitiría aumentar los ingresos en 150 mil millones durante 2022. También el año pasado se redujo en 200 mil millones de pesos la meta en los ingresos de comercio exterior, de los cuales se busca recuperar 150 mil millones de pesos en 2021.
Con estos números, la jefa del SAT consideró que no es necesaria una reforma fiscal que implique nuevos impuestos o alza de tasas porque “siempre le pega a los mismos”. “Estamos convencidos de que sí hay recursos y que muchos no llegaban por actos de corrupción o por una aplicación discrecional de la ley”, sostuvo. Lo que se busca es que se cumplan las reglas “sin discriminación para bien o para mal” y que haya “justicia fiscal, que cada quien pague lo que tenga que pagar”.
Explicó que las declaraciones de personas físicas aumentaron 20 por ciento anuales en 2020 y se recaudaron 100 mil millones de pesos derivada de la vigilancia profunda que se hace a estos causantes. Por lo que es “mentira” que sólo se cobre a grandes contribuyentes, “que se quieran martirizar es una cosa, otra es que les creamos (...) Nos pagan los grandes, los de en medio y los pequeñitos. Estamos barriendo todo”.