Santo Domingo Tepuxtepec, Oax., La apuesta de México debe ser por las empresas nacionales, y aunque el país se debe abrir al mundo globalizado, la raíz debe ser nuestra, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador al supervisar el avance de las obras en la carretera Mitla-Tehuantepec II, en Oaxaca –construida por la empresa Ideal, que es concesionaria de Grupo Carso, del empresario Carlos Slim–, donde afirmó que todos los países defienden sus actividades estratégicas.
Durante la explicación del avance que lleva la construcción, también expuso: “No es por presumir, pero México es ejemplo a seguir en el mundo en esta forma, esta manera de gobernar con el pueblo, con honestidad, austeridad, eficiencia y democracia”, así como garantías al derecho a disentir y a la pluralidad.
Todo eso “es lo que estamos logrando con la participación de todas y de todos, desde la gente más humilde, pobre, hasta los profesionales integrantes de la clase media y también los empresarios”.
El mandatario concluyó ayer una gira que empezó en el estado de Guerrero y concluyó en Oaxaca con la supervisión de esta obra.
Jorge Arganis, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), indicó que con la inversión que ha hecho la administración federal se espera concluir la carretera en julio de 2023.
Durante un acto encabezado por el mandatario en uno de los tramos en construcción, a su paso por el municipio de Santo Domingo Tepuxtepec, a dos horas al oriente de la capital del estado, el funcionario detalló que la obra permitirá a la población de localidades situadas en el extremo del estado, que ahora tardan hasta 10 horas para llegar a la ciudad de Oaxaca, hacer el trayecto en dos horas.
No cerrarse al mundo
El jefe del Ejecutivo afirmó que “esta supercarretera es un ejemplo de la suma de esfuerzos. Aquí estuve hace relativamente poco firmando un acuerdo con el ingeniero Carlos Slim para trabajar en ella. Están cumpliendo los directivos y los encargados de esta obra, está cumpliendo la empresa. Por eso hablo de la suma de voluntades, más cuando se trata de actores mexicanos”.
Aclaró que “no queremos cerrar nuestro país, eso ya no funciona en un mundo globalizado, pero tenemos siempre que pensar en lo nuestro, pensar en las empresas de México. Decía José Martí que teníamos que ser universales, abrirnos al mundo; decía que podía haber injertos, es decir, traer experiencias de otras partes del mundo, pero el tronco tiene que ser nuestro, la raíz y el tronco, porque esa es nuestra identidad”.
Al referirse a que el nacionalismo y la defensa de la soberanía nacional sean conceptos anacrónicos, indicó que es mentira, “esa es una tontera, un disparate de la política neoliberal; nosotros tenemos que fortalecer a nuestro país en un mundo, repito, globalizado. Todos los países defienden sus actividades estratégicas, se protegen al mismo tiempo que actúan con respeto al comercio y a las relaciones internacionales”.
Por su parte, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, sostuvo que la obra representa la oportunidad, el anhelo y la esperanza de la transformación; a López Obrador le dijo: “esta es su casa y, como ya lo señaló, usted ya es oaxaqueño. No es necesario nacer en una tierra para ser de ella cuando le da tanto y usted hoy está en la ruta de la transformación de Oaxaca y de todo el sureste de México”.
En medio del mensaje presidencial, Carlos Reyes, un joven que bajó de una ladera, le externó con pancarta en mano que a su empresa que participa en el corredor interoceánico no le ha pagado otra compañía que los subcontrató. Al terminar el acto, el mandatario conversó con él e instruyó a la SCT atender su caso.