Mientras los ciudadanos ven secar los ríos y acuíferos, carecen de agua o la reciben unas horas al día y las autoridades les piden hacer un uso eficiente de ella, la industria mantiene sin límites sus concesiones, aun en acuíferos sobrexplotados.
En el país hay plantas mineras, refresqueras, cerveceras y armadoras de autos ligeros que concentran al año un volumen de líquido superior a la capacidad de almacenamiento del Sistema Cutzamala (que tiene tres presas y abastece de 33 por ciento del agua del valle de México), indican análisis de expertos.
Ante la “sequía” que hay en el país y el bajo nivel de presas, “se da a los ciudadanos la responsabilidad de cuidar el agua. Sin duda hay que evitar el desperdicio y cambiar la forma de consumo. Pero no es nuestra responsabilidad el desabasto”, señala Nathalie Seguin, de la organización Red Mexicana de Acción por el Agua.
El desabasto tiene que ver con un modelo de gestión de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) obsoleto, solapado por la Ley de Aguas Nacionales (LAN), que no contempla el líquido en forma transversal ni que se necesitan los ecosistemas para cumplir su ciclo, pero sí permite su concentración y acaparamiento hasta por 60 años. El 2.1 por ciento de los usuarios detentan 61.4 por ciento del agua, refiere.
El director del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, Víctor Bourguett, hace unos días consideró como una “buena idea” establecer programas de eficiencia en el uso del agua en la industria, a la cual se le exige el costo de la tarifa y mientras “más consuman, más pagan”.
En México hay sectores industriales, como plantas de minería, de cerveza, refrescos y armadoras de autos ligeros que en conjunto suman un volumen de 837 millones 245 mil metros cúbicos al año para sus actividades, indica el reporte Captura política, grandes concentraciones y control de agua en México, realizado por la UNAM y Oxfam. El Sistema Cutzamala, en las presas Valle de Bravo, Villa Victoria y el Bosque, tiene una capacidad de almacenamiento de 782 millones de metros cúbicos.
El informe precisa que la industria cervecera cuenta con 18 plantas embotelladoras, sobre todo en el norte y centro del país, la mitad en zonas con déficit de agua; las refresqueras en su mayoría están en acuíferos sobrexplotados, sobre todo en el centro. Las armadoras de autos están en el centro, bajío y norte, en corredores industriales, también en acuíferos sobrexplotados.
La industria “goza de gran cantidad de agua para la producción de sus mercancías, no ocurre lo mismo con la población en general, lo que profundiza la desigualdad manifiesta en la falta de disposición de agua potable, así como en el acceso a concesiones por parte de las comunidades campesinas e indígenas”, indica el reporte.
Tan sólo la minería en 2014 extrajo 437 millones de metros cúbicos, suficiente para abastecer a la población de Baja California Sur, Colima, Campeche y Nayarit, y se cuenta entre las actividades industriales que causan mayor impacto sobre el medio natural, señala Manuel Llano, de CartoCritica, en un análisis de las concesiones de agua a este sector.
La LAN permite este tipo de acaparamiento y la Ley General de Derechos favorece que los usuarios de agua con fines de lucro paguen centavos por cada metro cúbico, apunta Nathalie Seguin. Además falta actualizar la información sobre el uso del agua, porque aún se dice que el sector agrícola es el principal consumidor, pero “cuando se investiga y revisan sus pozos, se ve que son utilizados por inmobiliarias, refresqueras, mineras”, agrega. Se desconoce si se mantienen en el límite de extracción de agua autorizado, ya que los usuarios deben contar con medidor y muchos no lo tienen, señala.