Lima. El anuncio del ganador de la elección presidencial de Perú se dilata este lunes con la revisión de un puñado de votos mientras el socialista Pedro Castillo mantiene una estrecha ventaja sobre su rival Keiko Fujimori, que no da su brazo a torcer y solicitó una "auditoría informática" del proceso de hace una semana.
Cuando va 99.951 por ciento de actas contabilizadas, Castillo tiene 50.14 por ciento de votos, superando por 48.220 sufragios a la hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori, que ha lanzado acusaciones de fraude, aunque sin mayores pruebas.
Castillo, de 51 años y quien era poco conocido antes de su sorpresiva victoria en la primera vuelta de la elección en abril, ha sacudido a la élite política y empresarial del país andino con sus planes de reformar la Constitución y aumentar drásticamente los impuestos a la minería.
El conteo de la elección realizada el domingo 6 de junio se ha estancado por las impugnaciones y pedidos de nulidad de votos, la mayoría por parte de Fujimori, en una situación que partidarios de Castillo temen podría demorar varios días más.
El partido de Castillo ha rechazado acusaciones de presunto fraude y los observadores internacionales del proceso en Lima han manifestado que las elecciones fueron transparentes.
Uno de los abogados del partido Perú Libre, Anibal Torres, dijo que las acciones de su contrincante política buscan retrasar el anuncio de Castillo como ganador de los comicios.
"Para pronunciarse (el jurado) tiene tres días, pero por la carga se puede prolongar tres o seis días más, pero no se puede prolongar por varias semanas más", dijo a periodistas.
En los últimos días se han realizado marchas de partidarios de ambos candidatos en Lima. Algunos adherentes de Castillo han llegado a la capital desde zonas rurales para protestar, mientras que los partidarios de Fujimori que respaldan sus acusaciones de fraude son en su mayoría de zonas acomodadas.
Magaly Roca, quien estaba escuchando un programa de radio sobre el conteo de votos en su tienda en Lima, dijo que había votado por Castillo en la segunda vuelta, aunque inicialmente no era su candidato preferido. Fujimori aún menos, refirió.
"Está poniendo muchos obstáculos", dijo la mujer de 42 años sobre Fujimori. "Durante todo el tiempo que tenía la mayoría en el Congreso, bloqueó todo. Ella es la razón porque no se pudo avanzar antes. No la veo capaz de gobernar", agregó.
Carlos Gurmendi, que trabaja como portero en un distrito residencial, dijo en tanto que había votado a regañadientes por Fujimori. "Voté por el mal menor", aseguró el hombre de 66 años, que considera un bochorno la situación política actual pero añade que "pudo haber sido fraude, no sería nada raro".
Preocupación en la ONU
Desde Ginebra, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por el aumento de la tensión tras los comicios y el acoso a las autoridades electorales de Perú, e hizo un llamado a los actores políticos y sociales para mantener la calma.
"Me preocupa ver cómo lo que debería ser una celebración de la democracia se está convirtiendo en un foco de división, que está creando una fractura cada vez mayor en la sociedad peruana", afirmó Bachelet en un comunicado.
En otra acción que podría dilatar aún más el proceso, el partido Fuerza Popular de Fujimori pidió a la oficina electoral ONPE una auditoría de su "proceso de digitalización", alegando que ha detectado en redes sociales una serie de dudas que han reflejado diferencias en las papeletas de votación.
"Solo pedimos elecciones limpias y que se revisen todas las irregularidades. No nos vamos a rendir", dijo por Twitter Fujimori, que postula por tercera vez a la presidencia del país.
Un fiscal pidió la semana pasada la prisión preventiva para Fujimori, de 46 años, por "incumplimiento" de restricciones en un caso de lavado de activos por supuestos aportes ilegales de la firma brasileña Odebrecht y otras locales durante anteriores campañas presidenciales del 2011 y del 2016.
Castillo, que busca reescribir la Constitución, ha recibido ya el saludo adelantado de líderes y mandatarios de izquierda de América Latina, algo que enojó al gobierno, que pidió a la comunidad internacional esperar los resultados finales.
De confirmarse los resultados, la victoria de Castillo supondría un gran impulso para la izquierda en la región. El socialista procede de una zona pobre del norte de Perú y ha motivado a los votantes rurales, enfadados por sentirse relegados en el crecimiento económico del país.
Los crecientes niveles de pobreza y desigualdad también han motivado cuestionamientos sobre las élites políticas tradicionales, que han sido intensificados por el brote de Covid-19 más letal por cantidad de habitantes en el mundo y que ha golpeado a la economía, impulsada mayormente por la minería.