Julio César Martínez, el Rey, es uno de esos boxeadores que expresan como nadie el arraigo popular de este oficio. Es campeón del mundo en peso mosca por el CMB, pero no quiere perder esa identidad entre picaresca y genuina que atribuye a crecer en un barrio de la Ciudad de México. Tras algunos imprevistos, vuelve al cuadrilátero ante Joel Córdova el 26 de junio en Guadalajara.
En tres ocasiones, Rey Martínez tuvo que cancelar su defensa del título, las dos recientes consecutivas, por una infección en la garganta, un problema gástrico y por una fisura en un puño.
“Estoy muy apenado con la gente”, dice Rey; “van a pensar que no quiero enfrentar a tal o cual, pero no es así. Si estoy en el boxeo es porque quiero boxear y para eso debo enfrentar a quien sea, esa es la verdad”.
A estas alturas, piensa Rey, ya debería ser más conocido por la gente, que existiera mayor identificación entre el público y el campeón mundial. Las circunstancias no lo han permitido, lamenta.
“Toca demostrar quién soy”
Sobre todo porque perdió la oportunidad de estar en dos funciones importantes del Canelo Álvarez, lo cual le permitiría llegar a un mayor número de audiencia.
“Eso ya no se pudo y me da tristeza”, reconoce; “ahora toca demostrar que soy un boxeador verdadero y no un payaso”.
El entrenador del Rey, Mauricio Aceves, admite que existe más presión en este momento, después de las cancelaciones de los combates. Asegura, sin embargo, que la relación con su promotor, Eddy Reynoso –entrenador del Canelo Álvarez– sigue sólida.
“Al principio se molestó, pero ha entendido bien que no estuvo en nuestras manos. Por eso estamos obligados a entregar buenos resultados ante él y sobre todo con el público”, señala.