Sonidos de mar, con avistamientos de sirenas, bancos de peces y medusas, sumergen hasta las profundidades del mar en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) en el espectáculo Ultramareadas para lanzar una alerta ecológica sobre océanos y playas.
“A causa de la contaminación de los mares hemos comido mucho plástico, el equivalente a una tarjeta de crédito cada semana”, envía el mensaje la compañía El Gallinero con una obra de clown con humor y mucho ritmo.
“Yo me he comido sólo el chip, porque la economía está dura. Debemos dejar de consumir plástico de un solo uso como si no hubiera un tumorro, o cualquier otro morrito”, conminan las actrices Claudia Cervantes, Jesica Bastidas y Lucía Pardo, acompañadas por el músico Fores, entre canciones, bailes y competencias de nado sincronizado.
“¡No puede ser!”, exclama un niño sentado en primera fila en la Plaza de las Artes, trasformada en un océano o la alberca olímpica del Cenart, con los azulejos multicolores del escenario al aire libre, donde burbujas y fascinantes peces se unen a una competencia de nado sincronizado, también una sirena cantante, para crear un momento divertido como detonante para la reflexión y proponer acciones.
Con la obra, explicaron en entrevista, “buscamos incentivar la chispa, porque es momento de empezar a despabilarnos y hacer pequeñas acciones. La situación es preocupante, pero podemos actuar, así como exigir a gobiernos y empresas que se haga uso responsable de los desechos. Quisimos dar un rayo de luz, por eso la música y el momento tan alegre”, comentaron al final de la primera de nueve funciones gratuitas en el Cenart, al mediodía, los sábados de junio y julio, así como los domingos 11 y 25 de julio.
Los títeres, instrumentos musicales y la utilería están hechos de objetos que se podrían considerar basura, los cuales se reusaron para mostrar que no son un desecho, “y así tomar responsabilidad de lo que los humanos producimos”, detallaron.
Los instrumentos musicales que alguna vez fueron un garrafón de agua o latas de sardinas, tienen una nueva vida durante las alegres canciones del espectáculo infantil. Fernando López Fores, compositor y laudero del reciclaje, comentó que “los niños repiten lo que el adulto hace; entonces, el mensaje también sería que procuren generar espacios de exploración. Si tienen una lata, en lugar de tirarla, pueden lavarla, quitarle las rebabas y pegarle. Suena bastante básico, pero es tomar conciencia de seguir usando ese objeto y no desecharlo de inmediato, se le agrega un valor diferente”.
Invitó a observar el entorno cotidiano, a volverse chachareros y tener orgullo de recoger objetos para darles el mayor número de utilidad, no sólo musical, sino para cualquier cosa, explorar y jugar un poco.
La obra original de 2012 fue renovada en 2019. Se integraron números musicales enfocados en el goce de estar en el mar, y decidieron unirlo con el problema de la basura y la contaminación, para lo cual contaron con la asesoría del investigador en ecología Miguel Rivas, ex colaborador de Greenpeace.
Al finalizar la función, se invita a visitar la página de la compañía para ver una infografía sobre el tema, así como consejos para reducir el uso de plásticos y aprender a reutilizar y reciclar.