Existen datos que muestran la efectividad del uso de las energías alternativas. La experiencia de naciones como Rusia, India, China, Estados Unidos, Eslovaquia, Francia, Hungría, Ucrania y otras ocho más muestra que sí es una buena alternativa posible y, sobre todo, con mínimo impacto para el ambiente.
Observemos que el número de reactores atómicos que tienen los países que más recurren al uranio para abastecerse de electricidad, es una muestra de confianza en esta fuente de energía. Y, no obstante que la diferencia entre los naciones es mucha, se espera que la nuclear sea la fuente más utilizada entre todas, pobres o ricas.
Mientras que Estados Unidos tiene 97 reactores, Eslovenia sólo cuenta con uno; México tiene únicamente dos, igual que Brasil, Bulgaria, Sudáfrica y Rumania. Y lejos de lo que pudiera pensarse, Irán sólo dispone de un reactor, así como Países Bajos, Armenia y Eslovenia, como ya se mencionó.
Con falta de pruebas para indicar la inexistencia de los beneficios del uso del uranio natural, al menos desde el sexenio de Miguel de la Madrid la política energética era desvirtuar el uso de este mineral. Aunque en un principio se dieron los pasos adecuados para iniciar una productiva industria nuclear.
Pero es a partir de Salinas de Gortari cuando se da el asalto definitivo para negar apoyo al desarrollo de la industria nuclear nacional. Con la exploración y extracción que se hubieran iniciado desde esa época, tendríamos acceso a los yacimientos del país con la ventaja de obtener y utilizar el uranio natural, sin depender de un proveedor carero y condicionando el tipo de material.
Y nuestra insistencia en que el uranio y la industria nuclear son rubros importantes para la economía nacional porque el monto que se invertiría en esta fuente energética sería mucho menor que lo que se gastó en gobiernos anteriores, por depender de empresas extranjeras que han abusado de contratos para proveernos de gas, electricidad y combustible.
Como hemos venido señalando respecto del interés que el gobierno federal tiene hoy en desarrollar la industria nuclear, se trata de una oportunidad para independizarnos de Estados Unidos. De alguna forma ya lo está haciendo, al buscar cómo apoyar la sanidad del ambiente, para bajar los índices de dióxido de carbono (CO2) y cumplir con los convenios ambientalistas mundiales. La búsqueda está en la energía natural: sol, agua, viento y calor.
Las entidades que cuentan con uranio son: Chihuahua, con 2 mil 780 toneladas; Nuevo León, 5 mil 75; Sonora, mil 664; Durango, mil 267, y Oaxaca, con 696. En el caso de Baja California Sur aún no llegó a comprobarse.
En la política energética actual, está incluida la opción del uso de la energía nuclear. Y, probablemente, ya ha empezado una campaña que cada día aumentará. Especialmente, en esta etapa posterior a los comicios intermedios, donde claramente la postura neoliberal se está quedando sin banderas políticas. Una de éstas ha sido y seguirá siendo la seudo defensa del ambiente.
Por lo pronto, empiezan a descubrirse, ya, los ataques a la opción nuclear. La denuncia de la inseguridad que supuestamente existe en la termoeléctrica de Laguna Verde, Veracruz, es uno de ellos. Los señalamientos de irresponsabilidad por parte de los directivos de la central y de los graves peligros para la base trabajadora de ese lugar no han quedado demostrados.
La denuncia fue que en la madrugada del pasado 21 de enero, se produjo una fuga de combustible en instalaciones de la termoeléctrica. Se “informó” que las instalaciones están en mal estado y que no han tenido el mantenimiento, de acuerdo con el protocolo de seguridad que marca la norma oficial mexicana. Y que las fotografías muestran cables de los generadores nucleares corroídos e instalaciones oxidadas. El reporte fue entregado el pasado 9 de abril.
Sin embargo, Héctor López Villarreal, director de la termoeléctrica, informó lo contrario. Durante una entrevista televisiva, señaló que la central cuenta con el mantenimiento al día, que en la Unidad I “... se logró una operación continua por 532 días sin desconectarse de la red…” y se infiere que sin mantenimiento esto no sería posible.
Además, aclaró que es funcional, no obstante ser una central con varias décadas de operación, genera energía limpia y continúa, abasteciendo electricidad al sector que le corresponde y a bajo costo. Este es el contexto en el que López Villarreal rechazó las acusaciones de peligrosidad de la termonuclear Laguna Verde.
Éstas son las razones por las que seguiremos insistiendo en que, tanto la industria nuclear, como la existencia de yacimientos de uranio en el país, hoy son una oportunidad que debe aprovecharse para avanzar en su soberanía energética.
Twitter: @AntonioGershenson