Poco antes de ser arrestada por la policía nicaragüense, la ex guerrillera y heroína de la revolución Sandinista, Dora María Téllez -- también conocida como la “Comandante 2”--, habló con La Jornada para pedir al gobierno de Andrés Manuel López Obrador su apoyo “a favor del pueblo nicaragüense, de elecciones limpias, transparentes y competitivas en Nicaragua y a favor de la liberación de (nosotros) los presos políticos, comenzando por los precandidatos que están bajo arresto.
“Yo esperaría que México asuma una posición contundente y directa contra la dictadura de los Ortega-Murillo en esta etapa de fuera máscaras como ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador”, señaló en entrevista y en alusión a la reunión del Consejo Permanente de la OEA que se reunirá mañana 15 de junio.
“Porque si hoy alguien viene y me dice que Nicaragua es un gobierno de izquierda, y que no hay que criticarlo, entonces ¿ a que conclusión vamos a llegar: a que la izquierda tiene que tener las manos libres para asesinar?
“Eso no es izquierda, eso es una forma de estalinismo”.
La mujer que, con tan sólo 22 años participó en agosto de 1978, como tercera al mando en el asalto al Palacio de Managua, para acelerar la caída de la dictadura de Anastasio Somoza, se enfrenta hoy a un régimen que ha emprendido la cacería de líderes opositores, periodistas, empresarios y religiosos para mantenerse en el poder tras las elecciones del próximo 7 de noviembre.
“Ortega se ha desquiciado en una campaña de cacería y represión con tal de cancelar unas elecciones generales que deberían celebrarse el próximo 7 de noviembre”, añadió esta mujer que, a sus 66 años, ha sido detenida en su finca localizada en las afueras de Managua.
— ¿Si pudiera definir hoy a Daniel Ortega, cómo lo haría ?
“Dictador…”
— ¿Sin más?
“Bueno, con todo lo que ello implica. Personajes sin escrúpulos que pueden llegar a cualquier extremo. Desde reprimir o asesinar a miles de personas. Es la característica de toda dictadura y la de Daniel Ortega la tiene sin duda alguna.
—Me gustaría preguntarle ¿cómo se siente usted bajo las actuales circunstancias de persecución y represión?
“Bueno nosotros, desde 1995, veníamos advirtiendo que Ortega estaba dando todos los pasos primero para entronizarse en el Frente Sandinista y luego, desde el 2007, para entronizarse en el poder y no abandonarlo nunca.
“Yo francamente no me siento traicionada por Ortega. Porque yo no peleé, ni me metí al Frente Sandinista por Ortega. Yo me metí a la lucha contra la dictadura de los Somoza y por unos cambios revolucionarios en Nicaragua.
“Ortega no sólo ha traicionado al Frente Sandinista. Lo destruyó por completo. Precisamente por ejercer una dictadura a sangre y fuego contra el pueblo nicaragüense.
— Faltan sólo cinco meses para las elecciones generales y el Señor Ortega ya se ha encargado de allanar el camino para su reelección. ¿En qué ha consistido esta operación?
“Bueno, hace apenas una semana yo advertía de un fraude en cámara lenta que Daniel Ortega venía ejecutando desde hace más de un año. Este fraude consistía en ir debilitando a la oposición, quitándole capacidades, eliminándole las vías de financiamiento, entorpeciendo sus reuniones, un asedio constante sobre los líderes, amenazas a los periodistas y medios de comunicación.
“El siguiente paso fue eliminar a partidos políticos, entre ellos, a la Coalición Nacional que podía aglutinar a las fuerzas principales de la oposición. Y ahora ya esto se aceleró. Daniel Ortega ya llegó a la conclusión de que no podía seguir ejecutando este fraude en cámara lenta y, por ello, ha tomado un camino más radical.
“Ha arrestado a los precandidatos más importantes de la oposición y apuesta por la cancelación de las elecciones. Ortega ya no quiere que haya elecciones libres en Nicaragua. Sólo eso explica su decisión de capturar o presionar a los al liderazgo político, económico y social de este país.
“Por eso también ya comenzó la amenaza sobre los obispos y sacerdotes de la Iglesia Católica. Sobre la clase empresarial. Más de 30 periodistas han sido citados por el Ministerio Público para amenazarlos con la ley de ciber delitos y ahora todos los días desfilan por ahí personas para amenazarlos con la ley de traición a la patria.
“Lo que vemos aquí es a un Ortega desquiciado en una campaña de cacería y represión con tal de cancelar unas elecciones generales que deberían celebrarse el próximo 7 de noviembre”.
— Durante el 2018 Ortega demostró que es capaz de sofocar a sangre y fuego todo asomo de oposición a su gobierno. La pregunta es si, ¿acaso, estamos ante los prolegómenos de una nueva guerra civil?
“Yo diría que la opción nuestra, y la de prácticamente la inmensa mayoría de los ciudadanos en Nicaragua, es enfrentar la dictadura de los Ortega-Murillo mediante la lucha cívica. Hay que terminar con el ciclo de guerras civiles y dictaduras. No podemos permitir que ese ciclo continúe a costa de una generación de jóvenes. Nosotros pagamos un altísimo precio y sabemos lo duro que es.
“Por eso respaldamos la posición de la mayoría de los jóvenes que apuestan por una lucha cívica…”
—Pero hay quien dice que esa lucha cívica no ha dado resultados…
“Claro que ha dado resultados. Y prueba de ello es que Daniel Ortega se ha quitado la máscara para presentarse como un dictador. Porque, hasta ahora, Ortega se ha mantenido como una forma de dictadura suave, como un régimen autoritario sin demasiados adjetivos. Y eso le habría permitido realizar un fraude elegante en noviembre próximo. Se llevaría algunas críticas, pero nada más.
“Pero hoy, a estas alturas, Ortega ha decidido optar por el peor de los caminos. Para él y era todo el país. Justamente porque la resistencia popular es muy alta. Porque él sabía que la inmensa mayoría de los nicaragüenses íbamos a votar en contra de su dictadura. Por eso ya no puede darse el lujo de maniobrar un fraude elegante.
“Entonces, ha sido la resistencia cívica la que ha llevado a Daniel Ortega hasta esta situación de crisis. Y además ha quedado aislada a nivel nacional e internacional. Por ello sólo se puede mantener por la fuerza. No ha recuperado hegemonía política. No ha recuperado alianzas y ha perdido una parte importante de su base social.
“Uno de los grandes problemas de la dictadura Ortega-Murillo es que actualmente la base tradicional del Frente Sandinista, aproximadamente un tercio, los ha abandonado porque sienten que la dictadura familiar de los Ortega-Murillo los afecta en sus principios y en sus intereses”.
—Como diría el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en este tiempo de coyuntura es necesario quitarse las máscaras…
“Así es. Y nosotros esperamos que ese descaro completo de la dictadura Ortega-Murillo pueda contribuir a que la posición de los países de América Latina y el Continente americano, en la próxima reunión del consejo permanente de la OEA, sea de carácter contundente.