Brasilia. Dos miembros de la delegación colombiana a la Copa América dieron positivo por Covid-19 el domingo, lo que significa que tres equipos en competencia ahora tienen jugadores o personal infectados incluso antes de que comience el torneo.
Ocho jugadores venezolanos registraron un resultado positivo el sábado al igual que tres bolivianos.
El anfitrión Brasil juega el partido inaugural contra Venezuela el domingo y más tarde Colombia enfrentará a Ecuador.
La noticia de más pruebas positivas se produce cuando la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) se defendió de las acusaciones de que el torneo, que fue otorgado a Brasil con menos de dos semanas de anticipación, se realiza de manera improvisada.
Brasil fue elegido después de que Colombia perdiera la sede debido a una ola de disturbios civiles y los coanfitriones, Argentina, se retiraron debido a un aumento en los casos de Covid-19.
"La decisión de realizar en Brasil la Copa América no es caprichosa ni improvisada", dijo la Conmebol en una carta abierta. "No se hizo 'a las apuradas', lo que sería imposible".
La Conmebol dijo que la experiencia de Brasil en la organización de eventos deportivos internacionales (la Copa del Mundo en 2014, los Juegos Olímpicos en 2016 y la última Copa América hace dos años) lo convirtió en una elección lógica, al igual que el hecho de que Brasil haya sido sede de partidos de fútbol internacionales durante la mayor parte de la pandemia.
También defendió realizar el torneo en un momento en que el Covid-19 aún no está bajo control en América del Sur y las campañas de vacunación están en sus primeras etapas en la mayoría de los países.
"La burbuja sanitaria a la que están sometidas las delegaciones supone minimizar el contacto con el exterior, la realización de test 48 horas antes de cada partido para todas las personas involucradas en los juegos y el traslado de las delegaciones en vuelos charter", afirmó el organismo.
La final de la Copa América, el torneo internacional más antiguo del mundo, se disputará en el estadio Maracaná de Río de Janeiro el 10 de julio.