Brasilia. El campeón y anfitrión Brasil inaugurará hoy la Copa América-2021 ante una diezmada Venezuela, víctima de un brote de Covid-19 que deja 13 contagiados, entre jugadores y miembros del cuerpo técnico, en un nuevo tropiezo para el convulso torneo sudamericano.
El partido entre la Seleçao y la Vinotinto, que abre la edición 47 del torneo de selecciones más antiguo del mundo, se disputará en el estadio Nacional Mané Garrincha, en Brasilia, en juego de primera fecha del Grupo B, por el que Colombia y Ecuador jugarán en la ciudad de Cuiabá. El camino en busca del décimo título de la competición parece que se iniciará sin sobresaltos para las huestes de Tite.
A juzgar por lo que viene mostrando en el premundial sudamericano para Qatar 2022, donde ganó los seis partidos que disputó y ha mostrado un nivel claramente superior al resto de las selecciones de la región, Brasil debería tener un inicio plácido en la Copa América.
Para peor, Venezuela llega muy diezmada por lesiones y contagios de Covid-19 de varios de sus mejores futbolistas, como su capitán Tomás Rincón, su goleador Salomón Rondón, el central Yordan Osorio y el extremo Darwin Machís, entre otros. A esas ba-jas dolorosas se suman otras más tras la confirmación ayer de un brote que infectó a 13 miembros de la delegación que está en Brasilia, según informó la Conmebol.
Aunque las autoridades sanitarias no confirmaron cuántos ni cuáles futbolistas están infectados, el secretario de Salud de la capital brasileña, Osnei Okumoto, aseguró a CNN Brasil que cinco son jugadores. Todo un dolor de cabeza para el entrenador portugués José Peseiro.
Pero sobre todo, el brote de coronavirus de la selección venezolana es el más reciente golpe que recibe la Copa América de Brasil, cuestionada por diversos sectores por la situación sanitaria que vive el gigante latinoamericano, donde más de 484 mil personas han muerto por la pandemia.
El torneo ha tenido varios sobresaltos desde que el presidente Jair Bolsonaro anunció, hace dos semanas, su respaldo a recibir la competición tras las salidas de Argentina y Colombia.
Ambas naciones, sedes originales de un certamen que debió disputarse en 2020 pero que fue aplazado 12 meses por la llegada del coronavirus, desistieron debido al empeoramiento de la pandemia, en el primero, y por las protestas antigubernamentales que dejan decenas de muertos, en el segundo.
Cuestionado por su caótico manejo de la emergencia sanitaria, Bolsonaro recibió el torneo, que su país ganó y organizó en su última edición, en 2019, pese a críticas de futbolistas, entrenadores y expertos en salud, que advierten la llegada de una tercera ola de contagios.