La capital alemana y sus más de 3 millones y medio de habitantes experimentan este mes una especie de despertar cultural tras el letargo obligado por la pandemia.
El festival internacional de cine de Berlín, la Berlinale, celebra una edición especial de verano en 16 locaciones al aire libre en el que se proyectan, del 9 al 20 de junio, 126 producciones de los cinco continentes.
El encuentro que tradicionalmente se celebra al final de febrero y principios de marzo, tuvo que adaptarse a los pandémicos tiempos con una doble edición. Para el mercado y la prensa, del 1º al 5 de marzo, donde se otorgó el veredicto del jurado de este año con el Oso de Oro a la mejor película y los Osos de Plata a mejor dirección, guion, actuación femenina y masculina, entre otros.
En la ahora felizmente celebrada edición de verano, Berlinale Summer Special, se entregarán personalmente los codiciados trofeos a los premiados. Especialmente atractiva ha resultado la instalación de un cine al aire libre con capacidad para 450 personas en el centro de la ciudad, en la llamada Museumsinsel, la Isla de los Museos.
Este conjunto de renombre internacional fue nombrado en 1999 por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Se trata de cinco inmuebles dedicados a diferentes temas y épocas culturales: el Museo Antiguo, la Antigua Galería Nacional, el Museo Nuevo, el Museo Pérgamo y el Museo Bode. En el centro de la ciudad y alrededor de la Catedral de Berlín, en una isla del río Spree, se levanta este conjunto de imponentes construcciones antiguas. Federico Guillermo IV de Prusia ordenó en 1841 la construcción de una área dedicada al arte y la ciencia. Las colecciones aumentaron bajo el dominio de los reyes prusianos que le sucedieron. El reino de Prusia fue un Estado europeo que existió desde 1701 hasta 1918 y que ocupaba territorialmente lo que hoy en día es Polonia, una parte de Rusia, Berlín y Brandenburgo.
La Berlinale está considerada como uno de los encuentros cinematográficos más importantes del mundo y en Europa, junto con Cannes y Venecia, uno de los tres festivales claves de la industria.
La Berlinale se celebra desde 1951, al principio de la llamada Guerra Fría, como una especie de escaparate del mundo desde una perspectiva de libertad cultural y dedicada en principio al público berlinés en una ciudad con características incomparables en el mundo bajo la Alemania de posguerra
la mitad del territorio de la ciudad se encontraba bajo dominio de la Unión Soviética (Berlín del Este u Oriental), mientras los países aliados, Inglaterra, Francia y Estados Unidos, dominaban la otra mitad (Berlín del Oeste u Occidental)
Como una plataforma de encuentro intercultural y discurso social alrededor del séptimo arte, la Berlinale es considerada como el festival de cine con predominante acento político. La edición 71 pospandémica contó con un presupuesto que superó los 20 millones de euros.
Alia Lira Hartmann, corresponsal