En la reciente reunión que sostuvo con sindicalistas, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se interesó sobre todo por los avances de la reforma laboral en México y preguntó si opera ya la libertad sindical, y fue la líder minera Imelda Jiménez la que le respondió que quedó sólo en el papel, porque las autoridades de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) no obligan a empresarios y dirigentes de las grandes centrales, como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), a cumplir las nuevas normas.
En entrevista con La Jornada, Imelda Jiménez, obrera de la metalúrgica brasileña Teksid Hierro México y delegada del Sindicato Minero, narró lo acontecido en ese encuentro con Harris, el pasado lunes, al que únicamente asistieron seis invitados y en el que se había hablado en términos generales de la reforma laboral puesta en marcha por el gobierno federal, hasta que a ella le tocó intervenir.
Disponía de dos minutos para responder a la vicepresidenta de Estados Unidos y, de entrada, según precisó, le dijo que en Coahuila, donde ella labora, “los obreros batallamos día a día porque nuestros contratos están secuestrados por la CTM”.
Comentó que también refutó una afirmación que había hecho otro de los asistentes al encuentro, el asesor jurídico Arturo Alcalde, padre de la titular de la STPS, que sostuvo que los trabajadores no querían sindicalizarse porque pensaban que los líderes estaban exclusivamente para llevarse el dinero de las cuotas y no hacen nada.
“Yo señalé que sí queremos representación obrera, pero en organismos de verdad, como el Sindicato Minero que encabeza Napoleón Gómez Urrutia, que lucha por mejorar nuestros salarios, que ha logrado los mejores contratos colectivos del país, que nos defiende y no como en la CTM, contra la que los obreros de Teksid estamos luchando por zafarnos desde 2014.”
Agregó que la propia Harris le pidió continuar y ella narró que en 2014 los obreros de Teksid, empresa que fabrica monobloques de hierro para maquinaria pesada, hicieron un paro de labores, hartos de los bajos salarios, las pésimas medidas de seguridad y por la negativa a pagarles el reparto de utilidades que les correspondía.
Hasta ese día se dieron cuenta que estaban afiliados a un sindicato de la CTM y que el dirigente era Tereso Medina, a quien conocieron en ese evento porque se presentó a la planta, ubicada en Coahuila, sólo para exigirles que regresaran a laborar, pero como se negaron a hacerlo, más de mil obreros fueron despedidos. “Y una parte de ellos se fue a Estados Unidos, en busca de empleo, porque aquí nos ponen en listas negras y ninguna otra empresa nos contrata”.
La vicepresidenta Harris, Inés González, otra sindicalista presente, así como el representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Pedro Américo Furtado, y el especialista en trabajo infantil, de World Vision, Óscar Castillo, escuchaban atentos el relato que, con marcado acento norteño, pronunciaba Imelda Jiménez.
Resumió que decidieron afiliarse al Sindicato Minero, pero la autoridad laboral tardó cuatro años en fijar la fecha del recuento de votos para avalar ese cambio. Lo ganaron, pero la empresa acudió a amparos legales, con los cuales se llegó hasta los tribunales colegiados y dos años después se emitió el laudo para reconocer la titularidad del contrato colectivo al organismo que encabeza el senador Gómez Urrutia.
Fue en octubre de 2020, pero la STPS no ha logrado que la empresa lo acepte. Teksid Hierro México sigue operando con otros obreros afiliados a la CTM.
“Le dije que quería dejar claro que los mineros apoyamos al presidente Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación, pero necesitamos que la reforma laboral se aplique, que no quede sólo en el papel y, lamentablemente, la Secretaría del Trabajo no está haciendo lo que se requiere, no presiona a los patrones para que cumplan con las resoluciones de la autoridad.”
Harris le preguntó si han recibido apoyo de sindicatos estadunidenses y Jiménez reconoció el respaldo moral de Steel Workers, la AFL-CIO y otros organismos que han denunciado a escala internacional el caso de los obreros de Teksid y de General Motors, que también libran una batalla contra el cetemista Tereso Medina. Al final, la funcionaria dijo que le gustaría reunirse con todas las líderes sindicales del país.