La supuesta división del mapa político del país –y especialmente de la capital– entre alcaldías a favor y en contra del actual gobierno es una interpretación demasiado simplificada, e incluso con tintes “clasistas”, que pasa por alto que en todas las demarcaciones del país hay votantes de ambos lados del espectro electoral, y que en la gran mayoría de ellas la diferencia es muy estrecha, señalaron académicos universitarios.
Sergio de la Vega, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, destacó en entrevista que para comprender de mejor forma la distribución real del voto en el país es necesario fijarse no sólo en qué partido quedó en primer lugar, sino la distancia que tuvo con el segundo puesto.
El experto en temas de pobreza y marginación resaltó que en la gran mayoría de los municipios hubo márgenes cerrados de votación, incluso escenarios de “empates técnicos”, con la excepción de alcaldías como Benito Juárez e Iztapalapa, donde la preferencia del voto fue de tres a uno, en contra y a favor de Morena, respectivamente.
Sin embargo, De la Vega recordó que incluso en esas demarcaciones la fuerza mayoritaria no anuló por completo a sus opositores, quienes tuvieron al menos una cuarta o quinta parte de los sufragios. Asimismo, destacó que en las alcaldías consideradas “sin rezago” hay zonas con precariedad y viceversa.
Pese a dicha complejidad, tras las elecciones del domingo pasado han surgido memes e interpretaciones con un tinte “pro racismo” que insiste en ver el país dividido entre “fifís y chairos”, sin recordar que este tipo de divisiones “las inventaron los del otro lado, no los de la 4T”, y ha dado lugar a “chistes de mal gusto” desde hace muchos años.
Por su parte, Roberto Ramírez, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, coincidió en que es necesario estudiar los resultados a nivel de colonias y manzanas, no sólo fijarse en los finales para una alcaldía o municipio.
Tras advertir sobre el surgimiento de “comentarios clasistas muy lamentables”, el académico hizo ver que en ambos lados del espectro partidista sigue habiendo discursos y actitudes de polarización sin ningún tipo de autocrítica, que alimentan la idea de que en México hay bloques territoriales y sociales completamente homogéneos.