Al cumplirse ayer los 60 minutos de la última conferencia vespertina y dar por concluido el ciclo de reportes diarios para informar a la población sobre la evolución de la enfermedad que ha transformado a México y el mundo, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, fue despedido a las puertas de Palacio Nacional por un grupo de ciudadanos con mariachi. Le cantaron “Las golondrinas”, le regalaron flores y un pastel.
Emocionado, el funcionario agradeció el gesto y dijo que seguirá trabajando “hasta que esto esté en orden y que la pandemia ya no sea una amenaza para el país. No nos vamos a cansar de hacerlo”.
Antes, durante el informe, López-Gatell insistió en que la epidemia no se ha acabado y el Estado mexicano seguirá monitoreando, vigilando y atendiendo la crisis sanitaria en todas las modalidades en que se presente.
Repasó las etapas del plan oficial ante la crisis y se dijo satisfecho del trabajo realizado y de la respuesta social al Covid. Estableció que una de las máximas lecciones que deja es que el país necesita tener un sistema de salud público y gratuito de cobertura universal.
“Un sistema así es indispensable en condiciones ordinarias y es críticamente necesario cuando se vive una emergencia como esta pandemia”, dijo en Palacio Nacional, y añadió que el gobierno trabaja hacia ese objetivo.
López-Gatell, acompañado por sus colaboradores cercanos, quienes fueron parte del equipo que participó cotidianamente en estos ejercicios de comunicación, reiteró: el término de las conferencias diarias no declara el fin de la pandemia. “El trabajo del Estado en la atención de la enfermedad continuará y sólo se terminará cuando se haya extinguido la epidemia o cuando el Covid-19 se manifieste como una enfermedad estacional y persistente, como la influenza”.
En ese marco de recapitulación de lo realizado en 15 meses, el doctor Gustavo Reyes Terán, que coordina los Institutos Nacionales de Salud, admitió que una de las mayores dificultades que se enfrentaron al inicio de la contingencia fue la falta de personal capacitado para atender una pandemia, y que hubo que preparar a médicos generales en maniobras como la intubación de pacientes.
Resaltó como una medida de especial importancia que se formó un panel de especialistas científicos, muchas de cuyas recomendaciones se convirtieron en políticas oficiales para atender la crisis.
Aumentó la capacidad
López-Gatell describió que al inicio de la epidemia había una muy limitada capacidad hospitalaria para atender a las personas con Covid, lo que atribuyó a casi 40 años de falta de inversión y desarrollo, y a tres lustros de un proceso sistemático de privatización del sector salud.
Para febrero de 2021 se logró una capacidad hospitalaria siete veces mayor a la que disponía en abril de 2020, en el caso de las camas generales, y de 5.5 veces para las camas con ventilador. “Nunca faltaron camas, nunca faltaron condiciones de hospitalización”.
Célida Duque, directora de Prestaciones Médicas del IMSS, explicó que esta emergencia llevó a esta institución a la mayor reconversión hospitalaria de su historia con cambios en casi 83 por ciento de su infraestructura. “Pasamos de 463 camas para atender Covid en febrero de 2020, a 5 mil 228 en abril, 16 mil 659 en diciembre, y al máximo de 19 mil 999 en febrero de 2021”.
Ruy López Ridaura, director del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, dijo que en México el plan de vacunación seguirá hasta lograr la inmunización universal.