Washington. Los demócratas reaccionaron con indignación ayer al revelarse que bajo la presidencia de Donald Trump el Departamento de Justicia vigilaba en secreto a sus miembros del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes que investigaban una posible colusión del mandatario con Rusia, y acusaron un abuso de poder sin precedentes.
Los legisladores Adam Schiff y Eric Swalwell revelaron que la compañía Apple les comunicó en fecha reciente que entre 2017 y 2021 le ordenaron entregar registros de sus comunicaciones telefónicas, así como de miembros de sus familias, incluidos un niño, cuando Trump era investigado por filtraciones sobre vínculos de su campaña electoral de 2016 con Rusia.
Nunca se encontró ninguna prueba de que ambos legisladores estuvieran detrás de las filtraciones, pero la investigación se mantuvo viva durante el tiempo que el magnate permaneció en el cargo, hasta enero de 2021.
“La politización del departamento y los ataques al estado de derecho se encuentran entre los atentados más peligrosos a nuestra democracia perpetrados por el ex presidente”, dijo Schiff en un comunicado.
Los principales referentes demócratas en el Senado amenazaron con citar a dos fiscales generales del ex presidente republicano, Jeff Sessions y Bill Barr, quienes supervisaron la vigilancia, para testificar sobre el caso.
“Este es un abuso de poder flagrante y una violación de la separación de poderes”, señaló el líder de la mayoría demócrata en la Cámara alta, Chuck Schumer.
El Departamento de Justicia, dirigido por el fiscal general Merrick Garland, designado por el presidente demócrata Joe Biden, comentó ayer que su inspector general investigará los seguimientos en la era Trump a legisladores y periodistas.
Analistas calificaron la recopilación de datos telefónicos de los legisladores como uno de los abusos más brutales cometidos por un presidente desde el escándalo del Watergate a principios de la década de 1970, bajo la presidencia del republicano Richard Nixon.