Tras diez meses de recuperación, la actividad industrial en el país “tropezó” en abril pasado al reportar un leve descenso de 0.2 por ciento respecto del mes previo, de acuerdo con la más reciente información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Sin embargo, en su comparación anual el registro es altamente positivo, pues el incremento fue de 35.7 por ciento. Con todo, falta recorrer terreno para alcanzar los indicadores previos a la pandemia.
Como bien lo apunta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, de cuyo más reciente análisis se toman los siguientes pasajes, sin lugar a duda se debe valorar positivamente el aumento de 35.7 por ciento de la actividad industrial alcanzada en abril pasado, hecho atribuible a la recuperación de la economía de Estados Unidos (desde finales de marzo presenta un crecimiento económico cercano a 11 por ciento) y, en particular, de su ciclo industrial.
Sin embargo, México tiene la oportunidad de aprovechar el proceso de recuperación económica iniciado en marzo para poner en práctica una estrategia de política industrial que le permita alinearse rápidamente a lo que se aplica en las naciones líderes en esta materia y evitar las consecuencias del nuevo orden de la industria global que se está configurando, entre ellas la competencia geopolítica y geoeconómica entre China y Estados Unidos.
Además, nuestro país debe estar atento a la reconfiguración de las cadenas globales de valor para evitar la dependencia de un solo país; la visión de seguridad nacional asociada a esto último; la estrategia de atracción de inversiones instrumentada en Europa y Estados Unidos para recuperar empleo y bienestar social; las nuevas condiciones del trabajo a distancia; la revolución digital; la puesta en marcha del T-MEC; la necesidad que tienen otros países de instalarse en México para llegar al mercado de Estados Unidos; superar las restricciones de una economía nacional de bajo valor agregado, pues la debilidad de la infraestructura tradicional y digital son elementos que se deben considerar más allá de los beneficios de una recuperación a corto plazo.
Si México desea una recuperación vigorosa y perdurable debe tomar medidas de corta, mediana y larga duración para lograr que la reactivación del ciclo industrial se transforme en una nueva etapa de desarrollo económico y no sea sólo efecto de un “rebote” atribuible a la reapertura de los sectores productivos (en el segundo trimestre de 2020 el sector industrial retrocedió 25.4 por ciento).
Debe considerar que la recuperación industrial global tiene un nuevo destino, no es un camino que conduzca a la situación prevaleciente hasta la aparición del Covid-19. El proceso de recuperación industrial tiene cuatro aspectos de transición que la llevarán a una nueva realidad, por ello México debe poner en práctica nuevas estrategias, porque de otra forma enfrentará las consecuencias de los resultados del reordenamiento de la industria global.
La recuperación industrial no es inercial: tiene un componente de cambio estratégico que favorecerá a las naciones y empresas que están poniendo en práctica una nueva generación de política industrial. El reordenamiento de las cadenas globales de valor es considerado no sólo como una necesidad productiva, sino como un asunto de seguridad nacional.
Además, la pandemia modificó las condiciones laborales: con las nuevas tecnologías se intensificó el trabajo a distancia, y en este sentido México enfrentará una nueva lógica de competencia global en materia de servicios que se ofrecerán vía remota, algo que en nuestro país enfrenta limitaciones por las restricciones estructurales de su economía (por ejemplo, debilidad en su infraestructura digital, economía informal de bajo valor agregado, desarticulación de las cadenas productivas y bajos estándares del sistema educativo y de capacitación).
Las rebanadas del pastel
El presidente López Obrador garantiza a los barones “no plantear” un aumento de impuestos, pero no perdió la oportunidad para recordarles que se acabaron los tiempos neoliberales en los que el gobierno de la República –entonces una mera gerencia de la cúpula empresarial– trabajaba para ellos y les garantizaba todo tipo de condonaciones y devoluciones fiscales… En otro orden, el mandatario denuncia que en Morena “hay quienes sólo ven por sus intereses personales”. Y Ricardo Monreal fue el primero en decir “¡presente!”