Río de Janeiro. Casi dos tercios de los brasileños se opone a que el país albergue la Copa América, según una encuesta difundida ayer, en medio de preocupaciones por el grave brote de Covid-19 en el país.
La Confederación Sudamericana de Futbol reubicó la semana pasada inesperadamente el torneo en Brasil, que comienza el domingo, con el respaldo del presidente Jair Bolsonaro.
Brasil asumió el desafío después de que Colombia perdió la localía debido a disturbios civiles y que Argentina, el otro coanfitrión original, se retiró también a ser sede alter-na por un aumento de las infecciones por coronavirus.
Bolsonaro ha minimizado la gravedad de la pandemia y se ha opuesto a los confinamientos para con-trolar un brote que ha acabado ya con la vida de más de 480 mil personas. Expertos en salud pública, jueces de la Corte Suprema y futbolistas han cuestionado la conveniencia de organizar el torneo en medio de la crisis sanitaria, mientras patrocinadores de alto perfil se han retirado del certamen.
Según una encuesta de XP/Ipespe, 64 por ciento de los consultados están en contra de organizar el torneo, mientras 29 están en favor. Entre los críticos de Bolsonaro, 83 por ciento se opone a que se juegue en Brasil, y el 35 por ciento de sus seguidores tampoco apoyó .
La Copa América arrancará finalmente este domingo en la capital de Brasil, luego de sortear un sinnúmero de obstáculos y en medio del descontento de futbolistas, técnicos y patrocinadores por los cambios de sede a última hora.
El torneo de selecciones más importante de Sudamérica se iniciará con el duelo entre el anfitrión y Venezuela en el estadio Mané Garrincha de Brasilia, sin público en las gradas. Y muchos considerarán casi un milagro ver la pelota rodar.
La selección argentina decidió entrenar en Buenos Aires y viajar antes de cada partido para reducir riesgos. El director técnico Lionel Scaloni dijo que disputar el torneo en Brasil era “preocupante y alarmante”, en tanto su colega de Perú, Ricardo Gareca, consideró “injusta” la designación.
Los jugadores de la selección brasileña cuestionaron en un comunicado la decisión de cambiar de sede a último minuto.
“Por diversas razones, ya sean humanitarias o profesionales, estamos insatisfechos con la conducción de la Copa América por parte de la Conmebol”, afirmaron. “Estamos en contra de la Copa América, pero nunca le diremos no a la selección brasileña”.
El delantero uruguayo Luis Suárez sumó también su voz de descontento. “Estamos en una situación difícil a nivel mundial, llama la atención que se juegue (...) a veces habría que darle prioridad a la salud”, declaró días atrás.