El libro Saavedra: un anarquismo es una biografía del intelectual y activista andaluz Abelardo Saavedra Toro y de la época que vivió a principios del siglo XX, cuando él y su generación realizaron “una revolución cultural y la hicieron campesina” en una España dominada por el clero, explica Aurelio Fernández Fuentes, autor de la investigación que se presenta hoy.
El periodista y docente agrega en entrevista que ese grupo tuvo un “discurso muy completo, contracultural. Enseñaban desde el significado del símbolo del anarquismo hasta canciones y obras de teatro que hacían”.
Fernández Fuentes narra en el texto publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) la experiencia de su bisabuelo, que “hizo escuelas mixtas de trabajadores y alfabetizaba. Eso era una revolución entonces. No enseñaban religión, sino a Darwin, temas de sociedad, geografía y ciencias en una España donde la ley civil se aplicaba usando los mandamientos católicos”.
El director de La Jornada de Oriente refiere que en España “el anarquismo era la organización proletaria más importante. En los años 30 del siglo pasado, la Confederación Nacional del Trabajo anarquista contaba con 2 millones de afiliados, mientras el Partido Comunista tenía 651 afiliados”.
Relata: “Es curioso el personaje. Lo primero que hace es meterse a una escuela obrera, a una huelga de tranviarios en 1901, y después se va al campo a las huelgas campesinas de Andalucía. Lo reprimen y lo torturan, pero es superinteresante esa parte”.
Saavedra y los anarquistas de la época formaron “gañanerías”, donde iban a leer a los llamados despectivamente gañanes. Hacían círculos y leían La lucha por el pan, de Kropotkin, narraciones de Dostoievski, o el periódico Tierra y Libertad, y alfabetizaban.
El mejor orador obrero en Cuba; opositor de Díaz en México
Dirigía el periódico Tierra y Libertad en Madrid cuando un conocido suyo atentó contra el rey español; lo apresaron y después de siete meses salió huyendo, porque tenía 42 procesos. Se fue a Cuba.
“Ahí realizó una serie de trabajos importantísimos. Los historiadores lo califican como el mejor orador obrero de Cuba. Hizo el primer intento de crear la Central de Trabajadores de Cuba.
“Los magonistas mexicanos lo convencieron de escribir contra Porfirio Díaz en Tierra… En Mérida detuvieron a los distribuidores del periódico, que eran catalanes anarquistas, y los deportaron. El presidente Porfirio Díaz solicitó al interventor estadunidense en Cuba, Charles Magoon, actuar contra la publicación y contra Garín, seudónimo de Saavedra, a quien detuvieron en el barrio chino de La Habana. El juicio duró seis meses.
“En 1917, Abelardo regresó a las huelgas, que ya estaban en Barcelona. Siguió siendo predicador. Se le califica ya de propagandista ácrata de élite, el educador, el hombre de la referencia”. Esta es una parte de su periplo.
Aurelio Fernández menciona que cuando en 1989 cayó el muro de Berlín pensó que “era el momento del anarquismo, pero no, lo que tenemos hoy es un anarquismo testimonial, fragmentario, con planteamientos como los de todos, el no a esto y a lo otro, pero no estamos proponiendo una sociedad como hacían aquellos hombres del siglo XIX y XX.
“Estamos en una etapa muy bonita, y este libro sirve para eso: para que la gente reflexione qué pensaban y cómo hicieron, no para que se imite, sino para que nos agite la cabezota y nos ponga a pensar.
“Tampoco vamos a estar en contra de que disminuya la corrupción, la violencia y se reparta el ingreso, pero no es la sociedad que deseamos los comunistas.”
La biografía Saavedra: un anarquismo se presenta hoy a las 13 horas, con los comentarios de Armando Bartra, Hugo Vargas, José Luis Gutiérrez, Blanche Petrich y el autor. La charla se realizará de manera presencial en el Centro Cultural Bella Época (Tamaulipas 202, colonia Condesa), con transmisión virtual en las redes sociales del FCE.