En el 50 aniversario de la masacre estudiantil del 10 de junio de 1971, mejor conocida como el halconazo, la Secretaría de Gobernación rindió ayer homenaje a la memoria de los 37 estudiantes asesinados ese día, a las decenas de lesionados y a los cientos de detenidos. Ahí, en la explanada del palacio de Cobián, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez, ratificó el compromiso del actual gobierno con “la verdad y la justicia”.
La titular de esa dependencia, Olga Sánchez Cordero, encabezó la ceremonia en la cual Encinas fue el único orador: “Aquí, donde hace cinco décadas, el presidente Díaz Ordaz dio la orden de masacrar a los estudiantes de Tlatelolco y de crear grupos paramilitares y porriles para contener la inconformidad estudiantil, quiero señalar que se continuará trabajando con las víctimas, los sobrevivientes de estos hechos para esclarecer los actos de violencia del Estado mexicano en el régimen autoritario”, señaló.
“Para nosotros es muy importante que el día de hoy, en este lugar, en la Secretaría de Gobernación, donde se crearon instituciones como laDirección Federal de Seguridad, la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales, donde se diseñó una política contrainsurgente para reprimir cualquier disidencia o inconformidad en nuestro país”, reivindicar la memoria del movimiento estudiantil reprimido.
Más tarde, al participar en el acto de conmemoración por los 50 años del halconazo, que organizó el Gobierno de la Ciudad de México, Encinas señaló que los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971 permitieron no sólo una reforma política para reconocer derechos y libertades, sino también una transición que permitió la llegada de un proyecto transformador al país.
Anunció que desde ayer es público el informe final de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, que de 2002 a 2006 investigó las matanzas de estudiantes de 1968 y 1971, así como la llamada guerra sucia de los años 70, para su consulta en la página de Internet de la SG.
La marcha del 10 de junio de 1971 representó retornar a las calles por parte de los estudiantes tras las masacre del 2 de octubre de 1968, señaló el subsecretario de Educacion Superior de la SEP, Luciano Concheiro, quien participó en esa movilización. En un conversatorio virtual organizado por la Secretaría de Educación de la Ciudad de México, manifestó que con ese movimiento se recupera un programa por la transformación del país.
De su lado, el investigador de la UNAM Imanol Ordorika expresó que 1971 marcó un largo periodo de confrontaciones, con un ambiente estudiantil muy politizado, con capacidad de respuesta puntual, pero extremadamente ideologizado, hasta finales de los años 80.