Lima. El candidato izquierdista Pedro Castillo terminó primero con ciento por ciento de las actas procesadas tras la ajustada segunda vuelta de la elección presidencial del domingo pasado en Perú, y obtuvo 50.2 por ciento de la votación, seguido de la derechista Keiko Fujimori con 49.8.
La aspirante pidió anular unos 200 mil votos, lo que prolonga la incertidumbre electoral. Es la primera vez en la historia de Perú que en una segunda vuelta presidencial un candidato presenta tal cantidad de pedidos de anulación, de acuerdo con las autoridades.
En los comicios presidenciales de 2016, los votos se contaron en cinco días y el triunfo de Pedro Pablo Kuczynski sobre Keiko Fujimori se logró por menos de medio punto, es decir, 41 mil 438 votos. Un día después, Fujimori aceptó a regañadientes el triunfo de Kuczynski. Era su segunda derrota.
En la víspera, Fujimori acompañada del vocero de su campaña y ex legislador de su partido, Miguel Torres, anunció que presentó un pedido ante el tribunal electoral para anular 802 actas que, asegura, representan unos 200 mil votos. Si lo logra, entonces podría ganar la elección debido a que Castillo la supera ahora por poco más de 70 mil votos.
El presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Jorge Salas, calculó que al menos se necesitarán 12 días para intentar dar respuesta al pedido de la candidata Fujimori. “Creo que sería razonable pensar que se debe tomar un tiempo mínimo para decidir lo pertinente sin necesidad de atropellarse o de que abusen del tiempo con demoras”, declaró a la radio local RPP.
De todos modos, Salas expresó su sorpresa por la solicitud de Fujimori de anular 802 mesas y recordó que en 2016 “sólo se presentaron quejas contra 29 mesas”.
La Oficina Nacional de Procesos Electorales niega la posibilidad de fraudes, lo mismo que la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos, que calificó el proceso de normal y transparente.
El presidente Francisco Sagasti hizo un llamado a la ciudadanía para que mantenga la calma, mientras el cardenal Pedro Barreto calificó de “irresponsables” las acciones que cuestionan el proceso electoral y pidió a los candidatos que acepten la voluntad popular.
“Da la sensación de que ella quisiera cuestionar todo el proceso electoral. Esta incertidumbre, gane quien gane, va a golpear mucho el estado de ánimo nacional”, comentó a la agencia de noticias Afp el analista Hugo Otero.
La tensión aumentó durante estas elecciones presidenciales que siguen a un convulsionado quinquenio en el cual Perú ha sido gobernado por cuatro presidentes. Las calles del centro histórico de Lima recibieron sendas manifestaciones de simpatizantes de Fujimori y Castillo. Ambos grupos afirman que harán respetar sus votos hasta el final.
Pese a que Castillo no ha sido declarado ganador, ayer recibió felicitaciones de los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y de Bolivia, Luis Arce, ambos izquierdistas. El profesor rural peruano agradeció al argentino y le respondió en Twitter: “juntos trabajaremos por una América Latina más justa, democrática y libre”.
La felicitación de Fernández provocó una “nota de protesta” del gobierno peruano al embajador argentino en Lima aclarando que los resultados finales aún no han sido anunciados por las autoridades electorales.
Los ex presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Bolivia, Evo Morales, y de Ecuador, Rafael Correa, se sumaron a las felcitaciones, y el presidente ultraconservador brasileño, Jair Bolsonaro, lamentó el casi seguro triunfo de Castillo.
En Washington, un portavoz del Departamento de Estado felicitó al pueblo peruano por los comicios y afirmó que se debería permitir a las autoridades electorales revisar cualquier alegato de fraude o irregularidad, tras una consulta de Reuters sobre el proceso electoral peruano.
En medio de esta incertidumbre, un fiscal que investiga a Fujimori por lavado de dinero pidió ayer a un juez que la candidata sea encarcelada otra vez, porque incumplió las estrictas normas de conducta que permitieron su liberación hace año y medio. El fiscal José Domingo Pérez argumentó que Fujimori tenía prohibido hablar con testigos de su caso, uno de ellos Miguel Torres, quien antier se presentó ante la prensa junto a Fujimori para anunciar la anulación de miles de votos.
La derechista calificó ayer de “absurdo” y “arbitrario” el pedido del fiscal.
La fiscalía acusa a Fujimori de presunto lavado de activos por recibir millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht y empresarios peruanos para sus campañas presidenciales de 2011 y 2016, en las cuales fue derrotada. Pérez pide 30 años de cárcel para Fujimori, 22 años de prisión para su esposo, el estadunidense naturalizado peruano Mark Villanella, y otras solicitudes que incluyen a 38 implicados cuyas pedidos de cárcel suman en total más de 800 años.
Si Fujimori gana, evitará la prisión y su caso judicial se congelará durante su posible gestión. Si acumula su tercera derrota, irá a juicio, al igual que su esposo. Tampoco podrá cumplir con su promesa de campaña de liberar a su padre, el encarcelado ex presidente Alberto Fujimori, quien cumple 25 años de prisión por delitos de corrupción y asesinato durante su gestión 1990-2000.
Quien triunfe en los comicios peruanos recibirá el poder del presidente interino Francisco Sagasti y gobernará por cinco años a partir del 28 de julio.