Aunque Morena y sus aliados estarán “muy cerca” de tener la mayoría calificada en la Cámara de Diputados –requisito indispensable para aprobar reformas constitucionales–, “de todas maneras se requerirá una negociación” con otras fuerzas políticas, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aclaró que ya faltan “muy poquitas” modificaciones a la Carta Magna, “porque las fundamentales ya las hicimos”, por ejemplo, la creación de la Guardia Nacional y –destacó– con acuerdos con el PRI, el cambio para elevar a rango constitucional las pensiones a adultos mayores.
Por tercera vez, después de las elecciones del domingo, el mandatario advirtió que si bien hubo guerra sucia, no pudieron descarrilarlos en Guerrero, aunque “ese tren” sí impactó en la Ciudad de México (por ello se manifestó dispuesto a “aceptar el desafío” de atender más la ciudad y a los pobres que viven en la capital).
“Interesante el fenómeno de Guerrero. Fue toda una campaña en contra de Félix Salgado Macedonio, sin pruebas, echada a andar por el conservadurismo, muchos hombres, mujeres, confundidos, queriendo descarrilarnos en Guerrero. Bueno, hasta la autoridad electoral”, subrayó.
Ayer destacó el triunfo de los morenistas y sus aliados en las elecciones a gobernadores, por lo cual, con ironía, rechazó el supuesto retroceso de su partido.
“Fíjense lo mal que nos fue que hubo elecciones de gobernadores en 15 estados y el movimiento al que pertenezco, de transformación, triunfó en 11, nos fue re’mal. Fíjense que se gobernaba, de los 15 en disputa, en uno, Baja California, y ahora son 10 más”, aseguró.
Sin embargo, pese a los ataques, el Presidente sostuvo que está “muy contento”, tanto como Carlos Salinas de Gortari ante el triunfo de Enrique Peña Nieto, y expresó en una entrevista que se tendría que hacer una cirugía plástica para dejar de sonreír, pues estaba feliz.
“Yo no puedo decir eso –continuó– pero estamos muy contentos porque se unieron todos, bellísimas y finas personas, toda la maleantada, la delincuencia de cuello blanco, traficantes de influencia, políticos corruptos, todos, todos, medios vendidos. Y el pueblo se manifestó: ‘no, seguimos con la transformación’”.
La alegría del jefe del Ejecutivo es digna de celebración. “Hasta le voy a pedir permiso a Ricardo Anaya para que yo me tome una, nada más, una caguama Pacífico”, expresó alzando el índice, para redondear la broma al ex candidato presidencial del PAN, a quien le da “mucho coraje” que los padres de familia se gasten el dinero de la quincena en cervezas caguamas.
Luego presentó un comparativo de los votos obtenidos por los partidos de los cuatro anteriores presidentes, en elección intermedia, con declives de hasta 34 por ciento, en el caso de Vicente Fox.
López Obrador aparece con el menor retroceso (17.1 por ciento), entonces, preguntó, “¿dónde ha habido menos desgaste?”
No obstante, dejó en claro que la política es pluralidad y no podemos ser “gemelos” ni pensar igual y, en su caso, tampoco dejar la polémica.
Por lo pronto, anunció la reactivación de sus giras en todo el país. Prometió ir dentro en un mes a Sonora, donde continúa el rescate de mineros, en Múzquiz, y “ojalá los rescatemos con vida”.