Para corregir una de las anomalías encontradas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG), las autoridades del nosocomio dispusieron que los médicos se encarguen de cotejar la información de los expedientes clínicos, el registro de enfermería y la receta que se envía a la farmacia, con el fin de evitar fugas como las que sucedieron en 2019, cuando desaparecieron 4 mil medicamentos oncológicos con un valor de casi 7 millones de pesos.
El monto equivale a más de la mitad de lo que se reportó (12 millones 164 mil pesos) aquel año como salidas del almacén hacia la farmacia. Los medicamentos “perdidos” fueron Temozolomida, cápsula 100 miligramos (mg); Dexrazoxano de 500 mg; L-Asparaginasa, 10,000 ui., y Metotrexato Sódico tableta 2.5 mg, utilizados para el tratamiento de cáncer en el Departamento de Hemato-Oncología.
Acusan hostigamiento y abuso laboral
Especialistas de las diferentes áreas clínicas del hospital señalaron que la revisión de expedientes y demás documentos es “uno más de los abusos y hostigamiento laboral” que padecen por parte de las autoridades, lo que se suma a las “guardias” que realizan en las puertas de acceso para aplicar el filtro sanitario (tomar temperatura y brindar gel antibacterial) a quienes ingresan al inmueble.
Comentaron que dedican a esta actividad su turno completo. Ese día no dan consulta a niños con enfermedades complejas ni realizan estudios de diagnóstico, investigación ni enseñanza, ya que deben permanecer en alguno de los accesos del nosocomio con termómetro en mano.
Se han presentado casos en los que alguno de los doctores no se presenta a laborar y, si ese día le tocaba estar en el filtro, debe ser remplazado por otro médico de la misma área, mientras el resto de sus colegas tiene que asumir las tareas que le correspondían, como la atención de pacientes.
En entrevista, especialistas que prefirieron mantener sus nombres en reserva por temor a represalias, aseguraron que a estas acciones colectivas se suman otras de tipo individual, como la suspensión de 15 días, aplicada a una médica e investigadora que “cometió el error” de no poner la hora de una nota médica en el expediente de un paciente.
Señalaron que la sanción fue el resultado –“al parecer único”– de la auditoría que realizó el Órgano Interno de Control (OIC) desde 2019 por el desabasto de medicamentos oncológicos. La investigación se realizó por las denuncias de padres de familia respecto a los faltantes de tratamientos para sus hijos.
De la investigación del OIC no se informó más, en tanto, en la revisión de la cuenta pública de 2019, la ASF encontró una serie de irregularidades. Además de la pérdida de medicamentos oncológicos, identificó un probable daño a la hacienda pública por 3.3 millones de pesos por mil 309 pagos de horas extras en exceso. Hubo “errores” en el cálculo del tiempo adicional laborado por los empleados. Algunos de ellos cobraron hasta 752 horas por quincena.
Otros 26.8 millones de pesos se pagaron por 12 mil 189 “turnos extras” para mil 250 trabajadores, los cuales carecieron de sustento legal autorizado por las Secretarías de Hacienda y Salud. En este caso, las personas cobraron hasta 257 turnos extras por quincena.