En la crisis de Covid-19, México fue el más golpeado por el avance de la ansiedad, que afecta a la mitad de su población; a su vez, la prevalencia de depresión se multiplicó por nueve, reportó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La ansiedad pasó de afectar a 15 por ciento de la población mexicana –previo a los confinamientos–a 50 por ciento una vez instalada la “nueva normalidad”.
La depresión también se disparó, según los comparativos de la OCDE. Antes de la pandemia se registraba una prevalencia –proporción de personas con síntomas de este padecimiento– de 3 por ciento, con la pandemia se extendió hasta 27.6 por ciento.
En el reporte “Un nuevo punto de referencia para los sistemas de salud mental”, la organización detalló que, además de afectar a casi una de cada cinco personas en los países que la integran, los costos económicos de los padecimientos mentales –incluidos la inversión en el sistema de salud mental y las pérdidas por menor empleo y productividad– equivalen a más de 4 por ciento del producto del PIB.