La colección de carteles del Taller Gráfica Espiral (TGE) representa “la historia de las luchas de resistencia política contra el Estado mexicano en los años 70 y 80 del siglo pasado, sus triunfos y sus duelos. Su existencia hizo que se fundaran otros talleres semejantes en todas partes”, expresa el investigador Alberto Híjar.
Una selección de dichos carteles se expone con el título 47 años/Taller Gráfica Espiral: litografía y serigrafía en la galería independiente La Resistencia. La muestra está dedicada a Constantino Cabello Iturbe (1974-2020), quien falleció recientemente. El hijo de Raúl Cabello y Ana Iturbe, fundadores del TGE, fue diseñador, ilustrador digital, integrante del taller desde 1995 y maestro de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Abby, la pequeña hija de Constantino, ofrecerá un toque actual a la muestra al presentar su primera litografía. Así se dará a entender “esta línea autonomista, autogestiva, comunitaria y familiar”, apunta Híjar.
Para el entrevistado, el TGE es un “acontecimiento cultural”, ya que “propició el auge de la serigrafía inspirado en el esplendor del cartel cubano y el polaco. Este apogeo se desparramó a las universidades, en especial la de Puebla. También explica el florecimiento que hubo en Oaxaca con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y, bueno, la sobrevivencia de la litografía como una técnica en la que la familia Cabello-Iturbe ha innovado con soportes industriales que ahora se utilizan”.
Por los espacios del TGE pasaron “cuantas organizaciones sociales y políticas de izquierda surgieron en aquellos años”, señala Híjar.
Cabello e Iturbe, pintores egresados de la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas, fundaron el TGE en 1974 con el fin de producir de manera independiente obra gráfica en serigrafía. En 1980, al adquirir una prensa litográfica Charles Brand, incluyeron la litografía, la aplicación de nuevos procesos y formas de impresión en húmedo y en seco, el uso de materiales –como la lámina de aluminio para realizar formatos más grandes–, la aplicación de dibujo directo e indirecto, la fotolitografía y el tránsfer.
El local original del TGE estuvo en una casa cercana al Colegio Militar, en Tacuba, que les alquilaba la grabadora Elizabeth Cattlet. Años después construyeron una en El Limbo, camino al Desierto de los Leones.
De acuerdo con Híjar, la obra producida en el taller tiene su mérito por “la alta calidad técnica y por las soluciones. Abarcan desde la propaganda política hasta el placer erótico”. El TGE sigue recibiendo encargos, así como “compañeros y compañeras que van a ver las máquinas y a aprender. Cuentan con una colección de piedras de litografía, desde muy grandes hasta muy pequeñas, como no tiene ninguna escuela de arte en México”.
La exposición 47 años/Taller Gráfica Espiral: litografía y serigrafía permanecerá hasta el 10 de julio en la galería La Resistencia (Cuba 34, Centro Histórico).
El horario de visita es de 8 a 21 horas, de martes a sábado.