Washington. Un animal microscópico denominado rotífero bdeloideo volvió a la vida después de estar congelado durante 24 mil años en el permafrost siberiano; posteriormente logró clones de sí mismo, señalaron ayer científicos rusos.
Stas Malavin, coautor de un artículo publicado en la revista Current Biology sobre el hallazgo, explicó que el animal multicelular plantea preguntas interesantes acerca de qué mecanismos utilizó para soportar su largo descanso.
“Nuestro reporte es la prueba más dura hasta la fecha de que los animales multicelulares podrían aguantar decenas de miles de años en criptobiosis, estado de metabolismo casi completamente detenido”, sostuvo Malavin, del Instituto de Problemas Fisicoquímicos y Biológicos en Ciencias del Suelo, ubicado en Pushchino, Rusia.
El Laboratorio de Criología del Suelo está especializado en el aislamiento de organismos microscópicos del antiguo permafrost de Siberia.
El equipo de investigación empleó una plataforma de perforación a fin de recolectar muestras del núcleo del río Alazeya en el ártico ruso, y luego radiocarbono para determinar que la edad del espécimen que resultó entre 23 mil 960 y 24 mil 485 años.
Los expertos habían identificado antes microbios unicelulares capaces de realizar hazañas similares.
En términos de organismos multicelulares ha habido un reporte de un gusano nematodo de 30 mil años que volvió a la vida. Asimismo, musgos y algunas plantas también se han regenerado después de muchos miles de años de estar atrapados en el hielo.
Los rotíferos ahora se pueden agregar a la lista de organismos capaces de sobrevivir al parecer indefinidamente, precisó Malavin.
Una vez descongelado, el animal se reprodujo asexualmente mediante un proceso llamado partenogénesis. El rotífero pertenece al género Adineta. Con la finalidad de seguir el proceso de congelación y recuperación del antiguo animal, los investigadores lo aplicaron con docenas de esos organismos en el laboratorio.
Mecanismo protector
Los estudios mostraron que los rotíferos podían resistir la formación de cristales de hielo que se produce durante la congelación lenta. Esto sugiere que tienen algún mecanismo para proteger sus células y órganos del daño a temperaturas extremadamente bajas.
Los rotíferos miden alrededor de medio milímetro de largo y generalmente viven en ambientes de agua dulce. Su nombre hace alusión a la corona alrededor de su boca, que parece una rueda. La usan para moverse y alimentarse.
“Podemos aprovechar este organismo como modelo para estudiar la supervivencia por congelación y por secado, además de comparar este grupo con otros animales duros, como tardígrados, nematodos, etcétera. La conclusión es que un animal multicelular puede ser congelado y almacenado como tal durante miles de años y luego volver a la vida, el sueño de muchos escritores de ficción. Por supuesto, cuanto más complejo sea el organismo, sería más difícil conservarlo vivo congelado y, en el caso de los mamíferos, actualmente no es posible. Sin embargo, pasar de un organismo unicelular a uno con intestino y cerebro, aunque sea microscópico, es un gran paso”. concluyó Malavin.
Con información de Europa Press