Los accesos a la Plaza de la Constitución fueron blindados con vallas ante la visita de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, lo que generó molestias entre automovilistas y peatones, que tuvieron que rodear la zona para llegar a su destino.
Desde temprano empezó la colocación de vallas metálicas sobre la calle de Palma en sus intersecciones con las calles Tacuba, 5 de Mayo, Francisco I. Madero, 16 de Septiembre y Venustiano Carranza.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana impidieron el paso a automovilistas y peatones, a menos que fueran trabajadores de las administraciones públicas local o federal, previa visualización de su identificación.
En Venustiano Carranza se colocaron vallas en sus cruces con las calles 5 de Febrero, Correo Mayor y Corregidora, así como las avenidas 20 de Noviembre y Pino Suárez, lo que hizo imposible a la gente acceder de manera directa a la zona oriente del Centro Histórico.
Un segundo cerco rodeó la plancha central y las calles cercanas a Palacio Nacional, donde este martes habrá una reunión del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con la vicepresidenta estadunidense.
La estación Zócalo del Metro también fue cerrada. El Sistema de Transporte Colectivo informó que dicho cierre se extenderá hasta este martes, por lo que los trenes no realizarán ascenso ni descenso de pasajeros.
Dicha situación obligó a que la gente descendiera en las estaciones Allende, Pino Suárez o Isabel La Católica para llegar a la Plaza de la Constitución, la cual no pudieron cruzar.
Teresa y Juana, quienes cada lunes acuden a comercios de Correo Mayor por mercancía para vender en su negocio, expresaron su malestar porque “nadie te avisa con anticipación que está cerrado el Metro Zócalo, y menos que toda la zona está llena de vallas”.
Comentaron que, para llegar a dicha calle, tuvieron que “dar una vueltota, porque no había paso por ningún lado y la policía sólo dejaba pasar a trabajadores, y los otros, que estaban cerca de Palacio, ni siquiera te escuchan. No se vale”.
Otros entrevistados lamentaron que “se tenga que cerrar el Zócalo por la visita de gente de fuera, aunque también así los del gobierno evitan que lleguen las protestas, que son pan de todos los días”.